Greta Thunberg
El año pasado Greta Thunberg era una niña más que iba al colegio en Estocolmo, capital de Suecia. Pero ocurrió algo que le hizo darse cuenta de que el planeta atraviesa una crisis de consecuencias dramáticas: el agosto pasado Suecia vivió una ola de calor sin precedentes que causó medio centenar de incendios forestales insólitos en esta zona del planeta, que lograron arrasar más de 20.000 hectáreas de bosque.
Greta se declaró en huelga, se estableció frente al Parlamento sueco y comunicó su decisión de no moverse de allí hasta que los legisladores trabajen para revertir los efectos de cambio climático. Y lo hizo estratégicamente, sabiendo que en un mes habían elecciones, por lo que sabía que esa medida de presión política podría convertirse en un elemento de fuerza para señalar a los políticos, pedirles explicaciones y medidas concretas.
Cuando el 9 de septiembre se celebraron las elecciones generales en Suecia, Greta regresó a sus estudios, pero reservó los viernes para volver a declararse en huelga. Desde entonces estudia 4 días y 1 se lo dedica a la lucha contra el cambio climático, pues regresa a las puertas del Parlamento sueco y de otras instituciones para manifestarse y hacer oír sus reivindicaciones.
La adolescente llamó tanto la atención que fue invitada a la cumbre climática en diciembre en la ciudad polaca de Katowice. Thunberg dio un discurso ante los líderes de todo el mundo que emocionó, no sólo por su carga dramática, sino porque una niña de 15 años supo poner los puntos sobre las íes, hablando con crudeza a quienes tienen el poder de detener el cambio climático y exigiéndoles que hagan algo ya.
El mensaje es de Greta se basa en que no quiere que los políticos le tranquilicen prometiendo medidas, sino que desea que sean estos mismos políticos los que sientan el miedo a lo que está por venir, y que se sientan urgidos por poner todos los recursos y las medidas necesarias para evitar un desastre medioambiental que los especialistas han determinado que no falta mucho para que sea irreversible… algunos hablan que nos quedan solo18 meses.
El ejemplo de Thunberg ha cundido, y su huelga de los viernes no solo se limita a ella, sino que se ha convertido en un fenómeno global, seguido por colectivos de jóvenes en más de 270 ciudades de todo el mundo, en los llamados «Fridays for Future», Viernes para el futuro, en español, que congregan manifestaciones semanales que culminan frente a los parlamentos locales de todo el mundo.
En marzo de este año, Greta Thunberg ha sido nominada para recibir el premio Nobel de la Paz a petición del grupo parlamentario socialista sueco. No es fácil de conseguir, pues existen otros 303 candidatos que también podrían obtener el galardón, pero lo cierto es que la repercusión de Greta Thunberg no tiene precedente y su ejemplo ha hecho remover la conciencia de todo el planeta para una cuestión que no solo lo merece, sino que probablemente determine el futuro de la humanidad.
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