El terremoto de San Antolín.
En el amanecer del 02 de setiembre de 1841, en la ciudad de Cartago, sucedió el terremoto de San Antolín, un evento sísmico cuya magnitud se estima en 6.4 grados y que destruyó casi toda la Vieja Metrópoli, contabilizándose unos 38 muertos. Hoy en día, esta cifra nos parece pequeña, pero debemos recordar que, en aquella incipiente nación, los habitantes podían contarse con los dedos de la mano y sobraban dedos.
El entonces Jefe de Estado Braulio Carrillo emitió una serie de directrices para la construcción lo que constituyó las primeras normas sísmicas del país. Posteriormente nuestra historia registra también el terremoto del 04 de mayo de 1910, el cual contabilizó cerca de mil muertos. El entonces Presidente Ricardo Jiménez Oreamuno, emitió nuevas ordenanzas de cómo construir en Costa Rica hasta llegar al año 1974, con nuestro Primer Código Sísmico de Costa Rica. La última versión es del año 2010.
Es así cómo, a pesar de los últimos temblores, de Limón, Cinchona y Cóbano, en realidad los daños materiales y las pérdidas humanas han sido mínimas. Sin embargo, el país a dado un paso más adelante y organizó el pasado 19 de agosto un simulacro nacional que movilizó más de un millón de personas, y reunió bajo un solo centro de mando la coordinación de todas las instituciones de emergencias, Bomberos, Cruz Roja, Policía, hospitales y comisiones locales y nacionales de emergencia.
Incluso, la Caja Costarricense del Seguro Social, no solamente ha reforzado los edificios de los principales hospitales del país, sino que también cuenta con su propio sistema coordinador de emergencias y un hospital de campaña, que se puede llevar a cualquier parte del país.
Es por ello que nuestro país se encuentra debidamente certificado por la CERF, o Fondo Central de Emergencias de las Naciones Unidas, una organización mundial capacitada para atender emergencias a nivel mundial, en donde participan varios países con brigadas bien entrenadas y ahora, Costa Rica es parte de ello. Tenemos el único equipo EMT tipo 1 de las Américas.
Como dice Antonio Gutierres, portugués, Secretario General de las Naciones Unidas: “Debemos también fijarnos la meta de no solamente responder de forma más eficiente a un desastre después de que pase, sino prepararnos para advertir y estar listos para ello, debemos trabajar en primer lugar, en la prevención del desastre.”
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