¿Existe aún la Democracia en Costa Rica?
El título del comentario plantea una pregunta que hoy enfrentamos los costarricenses, y debemos atenderla con calma y seriedad, sin permitir que las pasiones o los intereses nos nublen el entendimiento.
Hacemos esa pregunta por esta vía de la radio, en la esperanza de que muchos mediten en ella. La planteamos con el desconsuelo que nos produjo observar el vergonzoso trance por el que debió pasar el país, al ver allanados judicialmente en forma simultánea, el Despacho del Presidente de la República; otras dependencias de la Casa Presidencial y dos Ministerios, todo como parte de una investigación penal.
Hoy como nunca antes, aquella es una interrogante tristemente válida que hasta hace poco tiempo, simplemente, pensábamos imposible tener que plantearnos. Siempre nos pareció una ofensa escucharla y expresábamos ante ella con absoluta seguridad un «SÍ» rotundo en nuestra respuesta. Lo hacíamos sin temor, ni titubeos; con aires aún de grandeza patria; de certeza histórica, y sintiendo la garantía democrática de vivir en una nación con defensas suficientes frente a las desviaciones del poder. Confiados estuvimos siempre en el resguardo que nos ofrecía la muy cuidadosamente construida y defendida institucionalidad nacional.
¿Qué nos ha pasado entonces?; ¿Por qué nos está ocurriendo esto? Si bien existen circunstancias y antecedentes a partir de los cuales podemos intentar construir explicaciones, parece que hasta ahora nos quedamos siempre cortos, y día con día, nos sorprenden con una vergüenza o con una amenaza mayor.
Muchas son las voces que hablan al amparo del anonimato, o que disfrazan hábilmente sus intenciones, todas tienen el propósito común de crear el ensordecedor bullicio que confunde. A nuestro pesar, debemos reconocerles que han sido eficaces en lograr su propósito, y muchos no saben ya en qué, ni en quiénes se puede aún confiar, y esa confianza … tan lamentablemente extraviada o perdida, es un componente esencial para hacer posible la convivencia social; el desarrollo económico de nuestro país y la subsistencia de nuestro sistema político. Una Democracia que por mucho tiempo todos cuidamos, pero que, cada vez, menos parecemos estar dispuestos a defender.
No le hagamos caso al ruido que hace burla de lo serio, para ocultar la gravedad de lo ocurrido! No permitamos que la saturación carente de ideas, argumentos o posiciones firmes se imponga! Tengamos claro que nuestra Historia, con más claros que oscuros, no debe ser más …refugio culpable de la incapacidad, y mucho menos de la responsabilidad por el abuso! Nuestra realidad democrática es delicada y demanda posiciones firmes en su defensa!
Están en trámite procesos en los que se cuestiona la participación del aún innominado «Big Chief»; de figuras de los tres Poderes de la República, así como de Ministros y funcionarios del más alto nivel de la administración anterior. También se está investigando el financiamiento recibido durante campañas electorales por el Partido Político que llevó al poder a nuestro actual Presidente, y aquello no es Historia sino …tan solo parte de nuestra triste realidad! Esos procesos, ciertamente deben seguir su trámite y ser finalmente resuelto en Derecho!
En ese escenario, el Decreto de Creación de la Unidad Presidencial para el Análisis de Datos de los costarricenses -UPAD o UPAC, como se le quiera decir- y su funcionamiento de hecho previo, más allá de los ahora alegados «errores de altos propósitos» que se pudieron haber cometido en su redacción, son «errores de bulto» que parecen reflejar intencionalidad y que han sido un golpe demoledor que todos sufrimos, nadie celebra y todos debemos ayudar a enmendar.
Lo actuado es una seria afrenta a nuestras garantías constitucionales y a los derechos de cada uno de nosotros, pero además, es una actuación que incide directamente en la confianza del costarricense en su Democracia, y en la credibilidad del país. Lo que nos puede traer consecuencias devastadoras a nivel internacional, que serán sufridas «en los tiempos de coronavirus», como siempre ocurre, con mayor intensidad por quienes menos medios tienen para defenderse. No se vale intentar minimizar lo ocurrido! Tampoco inventar excusas! o sacar «piezas sacrificables», porque eso: es de cobardes! Y esos cobardes, son los que estan matando la Democracia costarricense!
Los medios de comunicación -con las excepciones que cada oyente identificará en su pensamiento-, han sostenido esta endeble barca en la que navegamos todos, haciendo lo que les corresponde: informar; denunciar, contrastar posiciones, y hacer público lo que se ha intentado ocultar. Contra ellos, también se dirigen ahora los ataques de quienes quieren suprimir sus voces!.
¿Existe aún la Democracia en Costa Rica? SÍ! … pero lamentablemente, más que existir … SUBSISTE! y lo hace exclusivamente por la defensa republicana que de ella hacen costarricenses «de a pie», que se mantienen vigilantes y dispuestos a defenderla, y están dispuestos a unirse e involucrarse para suplir lo que otros, a quienes se les encomendó esa labor, no la están cumpliendo a cabalidad.
Es tiempo de ponerse en pie para enfrentar con convicción y fortaleza las amenazas! El Poder Judicial, hizo lo que debía hacerse al allanar el Despacho del señor Presidente, sus Ministros y asesores. La Asamblea Legislativa ofrece a la Democracia otro escenario de investigación y corrección. El asunto investigado es de la mayor trascendencia para nuestra Democracia!. No nos dejemos engañar!, que no es lo mismo el uso de datos autorizados y de la tecnología para la mejor gestión de la política pública, que permitir que un Gobierno se convierta en el SAMUELEADOR de nuestras vidas! y que además pretenda que nos quedemos callados!
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