La reactivación económica no se debe postergar más
El mundo ha venido experimentando momentos inéditos, desde hace varios meses, con motivo de la pandemia del Covid-19, y Costa Rica no ha sido una excepción. Para enfrentar esta emergencia, se han tenido que adoptar medidas sanitarias extraordinarias que han procurado, como prioridad fundamental, resguardar las vidas y la salud de las personas que se pudieran contagiar eventualmente con el virus y reducir las posibilidades de saturación de nuestros hospitales y, principalmente, de las Unidades de Cuidados Intensivos.
Para lograr estos propósitos, los costarricenses hemos comprendido que las medidas de restricción de las actividades económicas, comerciales, turísticas y de circulación vehicular, son necesarias, así como el establecimiento de protocolos sanitarios de distanciamiento social, lavado de manos y uso de caretas y mascarillas, entre otros. Hasta el momento, estas y muchas otras medidas, han permitido, de alguna manera, que nuestros servicios de salud aún no hayan colapsado y que el manejo sanitario de la pandemia no se haya desbordado. Para esto, nuestro sistema de seguridad social, sin duda, sólido y consolidado, ha sido determinante.
Sin embargo, las medidas de restricción excepcionales no pueden prolongarse indefinidamente, porque sus implicaciones en la economía de las familias costarricenses que se han quedado sin empleo han sido muy severas. En efecto, aunque se han otorgado algunas ayudas que han procurado mitigar los efectos de la crisis en los hogares más vulnerables, estas medidas son insuficientes y lo cierto es que la economía nacional no puede continuar prácticamente paralizada.
Con toda razón, los distintos sectores de nuestra sociedad se han manifestado en torno a la urgencia de una mayor apertura para las actividades económicas y productivas del país, adoptando por supuesto los protocolos necesarios que garanticen los cuidados que se requieren a nivel sanitario. Pero esta reactivación no debe postergarse más. Primero, porque el desempleo, la pobreza y la desesperanza crece cada vez más en muchos hogares, y segundo, porque las medidas económicas definidas en una hoja de ruta por parte del Gobierno no deben ser excluyentes de las medidas sanitarias que paralelamente se deben continuar ejecutando.
Por su parte, los gobiernos locales juegan un papel fundamental para garantizar el cuidado y vigilancia de las medidas sanitarias y de reactivación económica. El liderazgo natural y la cercanía que tienen las autoridades municipales en sus comunidades, le pueden proporcionar al Gobierno Central un contacto y apoyo que no lo tiene en estos momentos ni de parte de sectores económicos, empresariales y comerciales, ni tampoco de sectores sociales y comunitarios.
Es hora de que el Gobierno haga efectivo su propósito de unidad nacional. Que no se quede en una intención retórica, que continúe protegiendo la salud de todos los costarricenses, pero que señale asimismo una ruta clara de reactivación económica, trabajando junto a los sectores económicos y sociales para el cumplimiento de este objetivo. La reactivación económica no se debe postergar más.
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