Lo humano que llevamos bajo la piel
Han transcurrido cerca de siete meses, desde que inició la cuarentena, producto de la pandemia por el COVID-19, que ha golpeado a la mayor parte de la ciudadanía, al perder nuestros trabajos, al romperse en mil pedazos nuestros proyectos de emprendimiento, al vivir en total aislamiento, al dejar de compartir con nuestros seres queridos, al cambiar nuestros estilos de vida cotidiana y en la mayoría de los casos, al reducir de manera significativa nuestros ingresos, creando un clima de supervivencia, dando paso a la tecnología y al individualismo.
A pesar de ello, hemos llegado a estos casi siete meses de aislamiento obligatorio, enfrentando una crisis que la mayoría nunca habíamos vivido, pero mostrando la capacidad y fortaleza interna que poseemos, así como también el trabajo de hormiga, por parte dequienes de manera solidaria, hemos aportado lo mejor de nosotros, en la medida de nuestras posibilidades y desde nuestros ámbitos de acción, pero ahora, desde nuestras burbujas temporales. Aunque la tarea no ha sido fácil, ésta aún no termina y debemos continuar.
¿Será acaso que la pandemia, el aislamiento obligatorio y todo el daño ocasionado, ha contribuido a sacar lo mejor de nosotros: nuestro verdadero ser interior?
Esto lo hemos palpado, cuando vemos día a día, el trabajo desinteresado de personas, que han logrado extraer lo mejor de su ser: lo humano que llevamos bajo la piel y que en esta encrucijada, los impulsa a contribuir en la construcción de una nacion humana universal, que en el caso de Costa Rica, el papel de esas personas, de esos personajes que están en todas partes y que cuando menos lo imaginamos, aparecen de la nada, para brindar su colaboración voluntaria y oportuna, trayendo una luz de esperanza a quienes la necesitan; si, son esas personas, que sin saberlo, compartimos con ellas diariamente y que denominamos: Humanistas, que en estos tiempos de oscuridad, serán el faro que guiará a la sociedad, por ese nuevo camino, que desde ya, debemos ir construyendo.
Felicitaciones humanistas, porque a partir de hoy, el faro, alegoría que simboliza su accionar, será el que ilumine el sendero, en la búsqueda de la prosperidad y el bien común, basados en el máximo valor que nos distingue a los seres humanos: la solidaridad,porque con ello, ha nacido un nuevo concepto a seguir por los ciudadanos del mundo, que hemos llamado: responsabilidad social humanista, como una nueva forma de actuar en la vida, la cual debemos valorar y respetar, pero sobre todo, compartirla y divulgarla.
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