Un pacto social para el bicentenario

“El mundo de la realidad tiene sus límites, el de la imaginación no” Juan Jacobo Rosseau

El país atraviesa por un momento difícil, malas decisiones que hemos tomado en el pasado distante o inmediato o peor aún, decisiones que no tomamos para enfrentar problemas estructurales de nuestro Estado, nos sumen hoy en un escenario de convulsión política, social y económica. La institucionalidad del país está en riesgo, nuestro Estado de Derecho se está agrietando porque existen cientos de compatriotas que sienten que sus preocupaciones y aspiraciones no son adecuadamente canalizadas por las instancias de toma de decisión gubernamental.  Son grupos de personas que solicitan ser escuchadas en una mesa de diálogo amplia y representativa.

El momento es propicio para dialogar y negociar con responsabilidad; para que, con prudencia, respeto y sensatez, logremos alcanzar acuerdos en un amplio Pacto Social cimentado en una visión conjunta que nos devuelva la paz y la prosperidad.

Como abogado y empresario, soy consciente de que el país requiere hoy reafirmar su institucionalidad y reactivar urgentemente su economía.  Debemos impulsar acciones que faciliten la inversión, mejoren la productividad y generen empleo, pero también, es necesario tomar medidas para controlar el gasto público y mejorar la recaudación fiscal. Es hora de retomar la sensatez y la autoridad, de que priven el sentido común y la razón, la discusión sincera y constructiva que nos permita construir acuerdos efectivos y duraderos. En línea con el pensamiento anterior, días atrás hice llegar al Señor Presidente una carta invitándolo a tender puentes para iniciar un proceso de dialogo con los sectores de nuestra sociedad.

Por ello, me alegra la disposición mostrada por el gobierno de la República para estos efectos pero a la vez, llamo la atención de que la propuesta oficial carece de equidad en la representación, puesto que deja al sector productivo del país en clara desventaja y minoría en la mesa de discusión. Las cámaras representantes del sector privado deben reclamar su merecido espacio en estas instancias puesto que ellas aglutinan a casi el 80% de la fuerza laboral del país.

 Considero más balanceada y amplia la iniciativa de la Asamblea de Trabajadores y Trabajadoras del Banco Popular y De Desarrollo Comunal por fomentar canales para instaurar la mesa de dialogo multisectorial.

Esta mesa, debe ser tan amplia y representativa que nos cobije a todos los sectores, porque cada uno tiene aspiraciones y necesidades. Porque todos tenemos algo que aportar en este proceso.

Mis mejores deseos para que de este proceso de construcción conjunta, logren salir acuerdos que sirvan como base para un dialogo efectivo y transparente con el gobierno de la República.

Es hora de pensar en el Bien Común y la Costa Rica del Bicentenario es el marco perfecto para alcanzar ese Pacto Social que nos permita retomar la vía costarricense.