De pie los moderados

Es el tiempo de la moderación y de la serenidad. Es el tiempo de la legalidad, el respeto y la institucionalidad. Es el tiempo de la razón y de la unidad del país alrededor de un propósito común y no la división a través de pretextos, de emociones y de imágenes efectistas manipuladoras.

El país ha estado durante ya unos largos años polarizado por las extremas. Las extremas que bloquearon la reforma tributaria oportuna, las extremas que tenían paralizada la construcción de infraestructura, las extremas que llenaron de sobresueldos, pluses y anualidades a los empleados públicos sin consideraciones de la capacidad de pago del erario. Las extremas que nos llevaron a gastar dos veces más que el total de los ingresos tributarios.

El gobierno se llenó de improvisados. La administración se llenó de aprendices ocurrentes. A algún manipulador se le antojó izar la bandera multicolor en casa presidencia junto a la nacional. Era usar grotescamente a las minorías sexuales para sus propósitos políticos. Era provocar a la extrema conservadora religiosa para profundizar la división de los costarricenses.

Están presentes en nuestra memoria la administración de los “manejos heroicos” de las finanzas públicas dónde primero se desdeñó cualquier impuesto, para luego heredar a escondidas un hueco fiscal de novecientos mil millones de colones. Una administración que profundizó la fiesta del gasto fingiendo controlarlo.

Ya fue demasiado, ya estamos destrozados por esta polarización que lejos de llevarnos a metas y a construir un país está despedazando el que tenemos y se había trabajosamente construido a lo largo de doscientos años.

El populismo rugió en pueblos y ciudades. El populismo ofreció lo que no podía cumplir y lo sabía. Como estrategia de dominación política se dividió al país de mil formas y se usó el engaño.

Es el momento de buscar acuerdos y áreas de coincidencia, claro está no es el tiempo de manipular los acuerdos.

Es el momento de volver a ser los costarricenses de siempre, apegados a derecho, deseosos de cumplir con su trabajo diario, de construir una vida o culminar una profesión.

Todavía es tiempo de salvar la paz, la concordia y la herencia recibida.

Las extremas nos han despedazado. Los estatistas y los privatizadores bien harían en ceder para rencauzar el estado social de derecho que el país ha vivido.

Ya fue suficiente. Ya fue mucho. ¡De vuelta a los valores! De regreso al orden, al respeto, a la tolerancia, al sentido común, al trabajo, a la institucionalidad, a la justicia social, es tiempo de la moderación. Todos debemos hacer un esfuerzo descomunal por regenerar la patria y a los costarricenses.