¡Mejor vaya al seguro social!
“¡Sinceramente le recomiendo se vaya para el Seguro Social!”: Esta expresión muchas personas la han escuchado de profesionales en los consultorios de la medicina privada, no porque sea mala, la realidad es una, en la seguridad social se resuelven situaciones complejas, difíciles de abordar, aunque haya dinero por medio.
La medicina privada es un buen complemento, especialmente para quienes pueden costearse procedimientos menores, pero cuando el asunto se complica, la realidad es una, o migrar al extranjero, especialmente Estados Unidos o la Caja Costarricense de Seguro Social,
Tratamientos como cáncer, afecciones del corazón, un trasplante, dejan en bancarrota a cualquiera, un paciente hemofílico consume decenas de millones al año en medicinas, imposible de sufragar a no ser por la solidaridad de la más extraordinaria institución, nacida del visionario desprendimiento de líderes como el comunista Manuel Mora Valverde, el sacerdote Víctor Manuel Sanabria Martínez y Rafael Ángel Calderón Guardia, expresidente de la República, sobre cuya memoria, hasta hace unos días, pesaba el oprobio de traidor a la patria, enmendado recientemente por la Asamblea Legislativa, que paradójicamente en otro pasaje de la historia lo elevó a rango de Benemérito.
Mientras en un consultorio de cualquier clínica de pago, el médico debe jugársela prácticamente solo en un diagnóstico, o en su defecto elevarle la cuota al paciente con exámenes e interconsultas, en el Seguro Social, los casos complejos son abordados por equipos muti disciplinarios, en largas sesiones de estudio, concurren, no solamente médicos, enfermeros, participan administrativos, psicólogos, trabajadores sociales, profesionales de las más diversas disciplinas para el abordaje integral de los padecimientos.
Ahora con las bondades de la tecnología, desde cualquier sitio de la geografía nacional, se hacen valoraciones a distancia para determinar el curso a seguir en los casos, si ameritan traslados, se coordina con Seguridad Pública, proveedores privados o en unidades especialmente acondicionadas, como las de niños, donde viajan acompañados por médicos, enfermeras y los instrumentos para un primer abordaje.
Los costarricenses somos testigos de helicópteros aterrizando en las inmediaciones del Hospital México, muchas veces con un enfermo proveniente de las comunidades indígenas, con lesiones graves, mordeduras de serpientes, algunas maniobras de experimentados pilotos en plena Avenida Segunda, para acercar a un menor a las instalaciones del Hospital Nacional de Niños.
Con la pandemia del Covid 19 muchas naciones del orbe, incluso de primer mundo, miran atónitos la respuesta del sistema de seguridad social de Costa Rica, esta nación prodigiosa y bendita, se recuperará antes de lo pensado, el brazo enorme de la seguridad social, al igual que Jesús ante la presencia de Lázaro, le dirá: ¡Levántate y anda!
Los comentarios están cerrados.