La depresión
La depresión es un trastorno que sufren muchas personas y por añadidura sus familias. Por eso es importante informarse y analizar sobre mitos y realidades al respecto.
La psicóloga María Ester Flores nos explicó que no es lo mismo estar deprimido que sufrir una depresión.
En el primer caso se trata simplemente de un estado de ánimo más o menos triste, preocupación o abatimiento. En el segundo, se trata de una enfermedad del estado de ánimo, de la afectividad, y se caracteriza, sobre todo, por una tristeza profunda que no corresponde con la situación que se vive y puede ser dos tipos.
María indicó que un tipo de depresión es llamada endógena, que significa que nace de adentro. Esta no responde a una causa concreta, así que no se puede controlar con solo animar a la persona a sentirse bien, o aprender a valorar la vida, ya que es un desorden bioquímico. Se requiere medicación permanente para equilibrar a la persona que la padece.
La otra es depresión exógena. Nace de una causa externa y evidente como la muerte de un ser querido, una separación, o pérdidas importantes. Es un principio una reacción sana y lógica. El dolor puede evitar una futura neurosis. Por eso es mejor soltar toda esa pena y llorar mucho como corresponde en situaciones de pérdida.
Pero cuando se prolonga esta circunstancia demasiado tiempo, el peligro de suicidio aumenta a medida que la enfermedad persiste, entonces hay que tratarlo a nivel psicológico para ayudar a personas a ver las cosas desde otra perspectiva y aceptar lo que no puede cambiar.
Los síntomas más recurrentes de las personas depresivas son irritabilidad, desvaloración personal, apatía, aumento de fatiga, aburrimiento, falta de concentración en la lectura. También aflora el llanto sin razón o por recordar lo que se ha perdido.
Se puede ayudar dando compresión y tolerancia, paciencia, cariño. Ponerse en su lugar y no juzgar. Usar el humor. Buscar ayuda en terapia familiar e individual, así como medicación si se requiere.
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