Vivir el 2021
El ocaso del 2020 indujo a reflexionar en lo inimaginable que se vivió ese año que, a golpe de tambor, se suscitaron cambios en todos los ámbitos del quehacer humano y, la nueva normalidad cambiante de una semana a otra rompió todos esquemas habituales de convivencia conocidos.
Si…, un año difícil por demás que, de una u otra forma a todos afectó, un año de enseñanza para la humanidad, donde la creatividad y la inteligencia emanadas de Dios, brindó soluciones, el amor y la solidaridad lo mejor de las personas, las oraciones y la sensibilidad nos acercó al Creador, para vivir y superar la tormenta.
Cada puesta de sol representa un nuevo amanecer, el atardecer reflexión, proyección y descanso, el alba esperanza, ingenio y trabajo, el despertar al nuevo día significa el mensaje Divino de Nuestro Padre Celestial que, en letras doradas indica la oportunidad de cumplir con los buenos y nobles propósitos de las personas.
El 2020 enseñó como asimilar el dolor por lo perdido, con fortaleza, resignación y espíritu de lucha, enseñó a despedir con el corazón en las manos a los seres queridos que partieron, de igual forma y con nostalgia los instantes felices que marcaron la vida y con donaire la pérdida de la libertad y el bienestar económico.
Sin embargo, vivir el 2021 con esperanza, alegría y optimismo es la principal misión, atesorar en el corazón los bellos recuerdos, liberar la mente de los recuerdos tristes y dolorosos, permitirá vivir el presente con amor, ilusión y paz, vivir un día a la vez y que este día esté colmado de sueños y nobles propósitos por cumplir.
La vida es un mosaico de instantes donde se entremezclan alegrías y tristezas, éxitos y fracasos, pobreza y riqueza, salud y enfermedad, amor y desamor, más lo importante es vivir esos instantes con dignidad, gratitud y humildad, tener presente que lo opuesto al amor es la indiferencia y el egoísmo lo opuesto a la solidaridad.
El ser humano por naturaleza convive en sociedad, establece vínculos afectivos como complemento a la felicidad y sana convivencia, también existe la soledad, ella muestra que, para ser feliz, no hay que creer en todo, ni esperar mucho del prójimo y tener amor propio como base fundamental para enfrentar el futuro.
El 2021 un año más de oportunidades para recuperar lo que se puede recuperar, construir lo que se puede construir, conciliar lo que se puede conciliar y soltar lo que no se puede retener, un año más para amarnos los unos a los otros, para ser mejores personas y agradecer a Dios la vida, las vicisitudes y las oportunidades.
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