La informalidad laboral en Costa Rica

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La informalidad laboral en Costa Rica
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Este año 2021 cuyo camino recién empezamos a recorrer arrastra consigo brechas y tareas pendientes, que desde antes de la crisis actual del COVID 19, ya venían rezagadas y que hoy  golpean duramente y dividen a una Costa Rica  que pretende  avanzar dejando  perdidos a unos quinientos veinte mil desempleados, a los cuatrocientos sesenta mil subempleados  y a casi más de la mitad  de  la población ocupada  en la informalidad laboral, que antes de la pandemia era un poco más un millón de personas  y de la que poco se habla, de ese empleo precario y de mala calidad al que se prefiere  no mirar de frente.

Precisamente hace unos días, el Programa del Estado de la Nación organizó con la intervención de destacados investigadores un conversatorio   denominado “Desnudando la Informalidad Laboral en Costa Rica”. Ciertamente   conforme avanzaban las participaciones,  la informalidad laboral en nuestro país poco a poco  iba quedando al  desnudo y   retratada de cuerpo entero.

Pocas veces hemos escuchado en voz alta y  con claridad meridiana como sucedió en este evento,  lo que significa el  empleo informal y su impacto negativo en la calidad de vida de las personas; ya que tal como, apuntaron los investigadores, “el trabajo informal no cumple con los estándares mínimos de calidad, no se les paga el salario mínimo, son empleos inestables con ingresos volátiles es decir  en un mes pueden obtener ingresos y en siguiente mes, puede que  del todo no obtengan o disminuyan su ingreso , no se les cubre  con la seguridad social, no están asegurados con CCSS ni tampoco cotizan a ningún régimen de pensiones para su vejez, no tienen garantías laborales, es decir no tienen derecho a vacaciones, aguinaldo,  como no están asegurados, tampoco tienen derecho a incapacitarse ni por enfermedad ni por maternidad, tampoco cuentan con seguro de riesgos del trabajo”

 Esta cruda realidad debe ser objeto de un profundo análisis pues la informalidad  ha venido creciendo en forma importante. Es urgente dejar de mirar hacia el otro lado y visibilizar el trabajo informal, desagregar  su  heterogeneidad y marco legal para implementar acciones concretas, los estudios de empleabilidad  deben contemplar la calidad del mismo.

 Sin lugar a dudas, las precarias condiciones del trabajo informal aumentan el índice  de   pobreza nacional, no permiten obtener calidad de vida y generan aún más  desigualdad social  impidiendo al país  avanzar como una sociedad completa y equitativa.

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