Privacidad adolescente
Con la llegada de la adolescencia los padres se sienten desconcertados debido a los nuevos deseos en los jóvenes. En este ciclo necesitan vestirse y hablar diferentes. No desean compartir con sus padres como antes. Prefieren estar con sus amigos.
Otro aspecto vital es la privacidad. Pasar largas horas en su cuarto con la puerta cerrada es lo que disfrutan. Lo cual no implica misterio, desprecio a sus mayores, o malestar de los jóvenes.
Simplemente es un espacio para explorar su sexualidad. Empezando por observar sus cambios físicos. En el caso de las niñas les asombra y les inquieta el aumento de cadera y senos. Temen haber engordado o que hay algún trastorno que no comprenden. Por eso se observan por largas horas. Acción que no desean que sus padres los vean para evitar preguntas incómodas.
Es por eso la importancia de tocar la puerta y preguntar antes de entrar. A veces se autoestimulan sexualmente, o bien pueden estar desnudos por largo rato precisamente para ver y aceptar los cambios.
A nivel social tienen conversaciones que sólo desean hacerlo entre amigos. El lenguaje puede tener palabras y expresiones que los adutos lo tomarían como vulgar y desagradable, el cual nunca lo aplicarían con sus padres o maestras. Pero para los jóvenes es un vacilón.
Por eso hay que llegar a buenos acuerdos y desarrollar la confianza mutua. Darle espacio a esta ciclo natural ofreciendo siempre la oportunidad de contar las cosas que les pasan, pero a su ritmo. Reforzar que las personas que aman son quienes darán los mejores consejos.
Saber que si se encierrran es para resolver muchas cosas de esta edad y no tomarlo con una ofensa o desprecio. Poco a poco irán dejando esta necesidad. Es cuestión de paciencia, amor y comprensión.
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