La elección de los candidatos a diputados.

Panorama Digital
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La elección de los candidatos a diputados.
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Prácticamente todos los partidos han completado sus listas de candidatos a diputados para las elecciones de febrero próximo.

Hay candidatos buenos, los hay regulares, hay candidatos malos y sobre todo la mayoría no sabe para qué quiere el puesto, como llego ahí y sin  proyectos para transformar nuestras realidades, a lo sumo con una visión cantonal.

La causa de los males democráticos radican en el procedimiento para elegirlos, en vez de que el pueble escoja a los mejores, a los más capaces, con mayor idoneidad , en forma directa y por nombre sucede lo contrario, los partidos ofrecen una lista de nombres, por lo general desconocidos por el electorado que deberán ratificarlos en forma indirecta, hay un supuesto filtro interno a través de las distritales, cantonales, provinciales y nacional, que regula el Código Electoral, pero que al final no son los que eligen, quien lo hace es  el candidato , las corrientes, las tendencias, los “dueños “ de los partidos que escogen o ungen a sus amigos, a “dedo o con la línea oficial”, a sus financistas, a sus allegados y hasta a sus familiares, incluso interviene la suerte.

Las Asambleas provinciales  y nacional pasan a un segundo plano que legalmente son las llamadas a escoger pero que en la práctica no sucede así. El derecho a ser electo es una ilusión teórica por lo que se viola constantemente la Constitución y el derecho comunitario. Ahora hasta hay que pagar para ser candidato, ¿Y los aspirantes de escasos recursos? Hemos arribado a una plutocracia inconveniente, que como cómplices muchos aplauden.

Por otra parte, hay cantones grandes y cantones pequeños, los primeros son los privilegiados puesto que lo interesa es el caudal electoral y no la capacidad de los candidatos. Urgen los distritos electorales rotativos…

Pero lo grave es que estamos construyendo un Parlamento representativo y no un Poder deliberativo, donde gobiernen los capaces, los preparados para legislar, crear y derogar leyes y ejercer sabiamente el control político. De una sociedad de masas de la que nos hablaba Ortega y Gasset hemos pasado a una sociedad de rellenos, con órganos de rellenos y futuros funcionarios de relleno.

Ahora si va un joven- que no todos votan por ellos- entonces deberá ponerse un viejo, si va una mujer  deberá ponerse un hombre, el que sea, si va un empresario debe equilibrar un trabajador, si va un heterosexual deberá acompañarlo un homosexual; esa no es la esencia de la democracia. Esta radica en la meritocracia, en el gobierno de los mejores, de los sabios, como decían los griegos, en el tercermundismo hoy nos gobiernan los tercermundistas, y ahí está el resultado,  un primer poder de la Republica  tercermundista, insulso y poco apto.

Cómo urgen reformas estructurales al Estado costarricense para perfeccionar la democracia.

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