La alegría de vivir
La alegría de vivir es una opción ante las adversidades de la vida a través de la meditación. Se puede llevar a cabo en tres niveles, según algunas filosofías de maestros orientales.
El primeroes Calmar la mente. Pese a un dolor físico o problema es sano elegir emociones, pensamientos y palabras positivas. Enfocarse en la mejoría y buscar soluciones en lugar de rendirse o victimizarse. Es decir pensar en positivo para existir en positivo.
Segundo nivel de la alegría de vivir es Abrir el corazón, meditar en el amor la compasión, la alegría y la ecuanimidad, abrir nuestros corazones al mundo que nos rodea y minimizar la auto-fijación que se encuentra como raíz del sufrimiento.
Los estados mentales positivos pueden cultivarse a través de la meditación. Las experiencias ordinarias e inclusive los factores “negativos”, como las emociones difíciles y el dolor físico, pueden transformarse en fuentes de empatía y compasión.
Y un tercer nivel es el despertar de la sabiduría, implica haber practicado mucho meditación y a niveles muy profundos. Se llega más al conocimieto de uno mismo. Lo que favorece romper ideas distorcionadas que crean confusión y sufrimiento. Es ir más allá de pensamientos y emociones superficiales notando la bondad básica que se encuentra en el interior de ambos aspectos.
Si hay creencias rígidas sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea nos mantienen encerrados en un ciclo de insatisfacción y ansiedad. Es preferible percibir las cosas tal y como son en realidad, en vez de una versión errónea que proyectamos en el mundo.
La alegría de vivir es nuestra asignatura obligatoria. No hay que esperar un momento concreto o alcanzar un logro, es una filosofía de vida basada en sentir felicidad y gratitud por estar presente, aquí y ahora. Es una actitud que hemos de fomentar desde la infancia.
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