La corrupción también se da a nivel municipal
Decía un profesor muy querido, que en paz descanse, que el primer elemento para poder desarrollar a un país es tener un Estado de Derecho sólido. En otras palabras, respetar la ley, dar un trato por igual a todos, pero qué pasa cuando en nuestras propias municipalidades eso no ocurre y más bien ahí es donde se originan posibles actos de corrupción.
He podido ver de primera mano esta situación y por ello decidí escribir este comentario, pues si bien las críticas usualmente se dirigen al gobierno central, muchas veces, dejamos de lado la corrupción existente a nivel municipal.
La corrupción se ha enquistado, a tal punto que, muchos funcionarios irrespetan la ley sin el más mínimo reparo, seguramente, sabiendo que algunos de sus representantes sindicales los defenderán, con mamparas procedimentales, donde a propósito no notifican a tiempo a los denunciados, para que prescriban las acciones disciplinarias y aquellos funcionarios que osen levantar la voz o defenderse son perseguidos, hasta el cansancio, con propósitos de despido, discriminación y malos tratos.
Si se buscó dar mayor poder a las municipalidades, era para abordar y tratar de mejor manera los problemas de los vecinos de los cantones, no para enquistar nuevas formas de corrupción, donde ciertas organizaciones sindicales que, más bien, dan la apariencia de buscar el beneficio de sus agremiados por encima de los comunales.
Corresponde a todos los partidos poner de su parte y evitar que se dé la corrupción tanto a nivel nacional como municipal. Los funcionarios que alcen la voz ante la corrupción deben ser protegidos y no perseguidos y ya va siendo hora que Emilia Navas, Fiscal General de la República, cumpla con su trabajo y exija a la Fiscalía Adjunta de Probidad Transparencia y Anticorrupción investigar y perseguir a los funcionarios denunciados, sobre los cuales existan suficientes indicios para considerar que han cometido delitos.
En un país que busca la descentralización, es imperativo que las municipalidades sean fiscalizadas para que los funcionarios municipales lleven a cabo sus funciones con probidad y transparencia pues de lo contrario, caeríamos en una hipocresía por criticar al Presidente de la República y a los diputados, pero no a quienes también tienen gran poder y control sobre nuestras vidas, como lo son los funcionarios municipales.
Si queremos una Costa Rica distinta, si queremos una Costa Rica próspera, si queremos una Costa Rica de primer mundo, no podemos ni debemos permitir la corrupción ni a nivel nacional, ni municipal. Los vecinos deben asistir, regularmente a los consejos municipales y denunciar a quienes actúen de manera incorrecta, ilegal o corrupta.
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