La felicidad
¿Podemos aprender a ser felices o es algo simplemente que sucede?
Para algunos se puede llegar a ser feliz con práctica y entrenamiento. Un estudio revela que la felicidad está ligada a pensamientos y formas de ver la vida.
Por ejemplo: el equilibrio emocional, el yo interno, la conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor y una actitud abierta y solidaria hacia uno mismo y hacia los demás, son parte de esas actitudes que nos generan felicidad.
Básicamente la conclusión es que una persona que ha desarrollado una claridad mental, que puede fomentar una comprensión más profunda de la propia realidad y la de los demás, tiene más puntos ganados para sentirse feliz.
Así que la respuesta a la pregunta que formulamos al principio es Sí, la felicidad es, en mucho, modulable y entrenable.
Pero, así como podemos trabajar para alcanzar la felicidad, también podemos entrenar para lo contrario… es decir, para sentirnos tristes.
A lo largo del día estamos expuestos a situaciones estresantes, complicadas y no muy placenteras, y lamentablemente nuestros cerebros se han acostumbrado a momentos de placer continuos y cortos, producto de una sobrexposición, por ejemplo, a las redes sociales o a los juegos de vídeo, por lo que ante una situación poco placentera reaccionamos de manera más negativa.
En conclusión: como hemos estado buscando la felicidad pasajera e inmediata, algo que también podríamos denominar como placer, las circunstancias negativas, como dicen por ahí, “nos pegan” más.
Pero no todo está perdido, ya le mencionamos algunos los elementos con los que podemos combatir los fantasmas de la infelicidad: el equilibrio emocional, la solidaridad, la consciencia social, entre otros.
El reto no es sencillo, entrenar nuestro cerebro es un desafío, comprender que la felicidad está en otros lugares donde hemos estado buscándola se las trae, pero sin lugar a dudas la recompensa lo vale.
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