Que no se nos haga tarde
Me encantó una frase que dice: “Ojalá que no se nos haga tarde: Tarde para amar, tarde para perdonar, tarde para abrazar, tarde para dedicar una canción, tarde para decir…quédate. Que no se nos haga tarde.”
Hoy he querido compartir esa signitifivativa expresión, porque en los tiempos que vivimos, a veces dejamos que se nos haga tarde para experimentar esas cosas y muchas más.
A veces creemos que tendremos todo el tiempo del mundo y por eso vamos postergando decisiones y acciones. Creemos que no hace falta que hoy digamos lo que sentimos porque mañana lo podremos hacer. Creemos que los demás deben esperar a que nos decidamos a manifestarnos, sin percatarnos que tanto ellos como nosotros, somos un instante que al otro quizás no estemos.
La situación que vivimos es muy difícil para todos, pero como siempre pasa, para unos mucho más duro que para otros; sin embargo, pese a todo, tenemos siempre la oportunidad de amar, de dejarnos amar y de compartir nuestros sentimientos y pensamientos, aquí y ahora, sin que se nos haga tarde. Aprovechando nuestro momento, nuestro tiempo y llevando a otros lo que quizá están esperando desde hace tiempos: nuestro amor, nuestro abrazo, nuestro perdón, nuestro ser y esa palabra que tanto desea escuchar: “haces falta…vuelve” , “no te vayas…quédate”.
Además en otros aspectos de nuestra vida ciudadana, también a veces se nos hace tarde y ahora no es momento para ello. Nuestras decisiones de participar, de estar vigilantes y de erradicar la corrupción y denunciar a los corruptos hay que tomarlas ya, ahora porque para luego se hace tarde y lo mejor es que nunca se nos haga tarde.
Que Dios nos ayude a tomar la decisión de actuar ya, hoy y que no se nos haga tarde, que nunca más se nos haga tarde.
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