Aires navideños
En el ambiente se respira un aroma diferente, se sienten frescos aires, se percibe en los rostros de las personas sonrisas y un brillo en sus ojos que transmiten la alegría de la época navideña que se avecina. Indistintamente de los tiempos difíciles que se viven producto de la pandemia, el mal gobierno y la crisis económica.
El espíritu navideño rocía en los corazones de la humanidad ese algo inexplicable que, de las cenizas, del dolor y los fracasos, surge una luz de amor, esperanza y alegría que, sólo proviene del nacimiento del Niño Jesús, que vivió entre los hombres para enseñar el amor de Dios, ese que sobre pasa todo entendimiento.
Hoy más que nunca es importante enfrentar la vida con una mirada cristiana, aquella mirada de esperanza, fe y optimismo. Sí, con la esperanza de que no existen obstáculos insuperables, con la fe en que aún al estar en medio de la tempestad, la tabla salvavidas es Dios y el optimismo en que siempre existirá un mejor mañana.
El espíritu navideño revive en los sentimientos la generosidad, el servicio desinteresado al prójimo, la humildad de reconocer que todos necesitamos de todos, aviva la sensibilidad para entender el dolor, la soledad y las necesidades de las personas que atraviesan por momentos difíciles y extender la mano auxiliadora.
Los aires navideños contagian alegría, amor y paz, alegría sana para compartir y hacer felices a quienes nos rodean, amor para tratar con dignidad, equidad, tolerancia y respeto a nuestros semejantes y paz, esa paz interior que proviene del Niño Dios que conforta a las personas de buena voluntad que aman al Señor.
La Sagrada Familia reunida en un humilde pesebre, simboliza la esencia misma de la navidad, la natividad de el Niño Jesús, de igual forma se tiene que interpretar hoy en día; como la celebración respetuosa del natalicio que representó un antes y un después en la historia de la Humanidad.
Navidad dulce navidad para compartir con amor en familia, revivir el verdadero sentido de la navidad, amarnos los unos a los otros, como Dios nos ama, tratar al prójimo como nos gustaría que nos traten. Dulce navidad has que la humanidad haga un alto en el camino y detenga el libertinaje, la injusticia y el egoísmo. La navidad nos recuerda que lo más valioso es el tiempo, que bien aprovechado significa éxito y felicidad, el mejor tiempo invertido es aquel que compartes con los seres queridos, con la familia que representa la célula de la sociedad y la cuna del más rico humanismo.
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