Paz y prosperidad para todos
El 1 de enero de 1968, el Papa Pablo VI instauró el “Día de la Paz” en todo el mundo, según dijo, en el primer mensaje, para que fuera “presagio y promesa, al principio del calendario que mide y describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la Paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura”.
Precisamente, cuando la humanidad atraviesa un año más, las mejores promesas y deseos saltan en el corazón para buscar lo mejor. Los creyentes ponemos en manos de Dios nuestro futuro, vivimos en la esperanza y confiamos en sus designios.
Humanamente, es un sentimiento común y entendible aspirar a cosas mejores cada vez que termina un año y empieza el que le sigue. Sentimientos de alegría crecen y afloran deseos de superación para dejar atrás lo que no ha estado bien y obtener aquello por lo que se sueña.
Empezando por el deseo de paz, que no es un anhelo exclusivamente religioso o católico, sino una aspiración humana de todos, cuando celebramos la Jornada Mundial de la Paz, se nos hace un llamado a que solo mediante la vivencia de la paz se puede alcanzar progreso en los pueblos y de cada persona. Debemos aspirar, como lo decía hace 54 años, a quien los católicos reconocemos hoy como San Pablo VI, a “la paz verdadera, a la paz justa y equilibrada” que es “el reconocimiento sincero de los derechos de la persona humana”.
Costa Rica atraviesa momentos de incertidumbre y dificultad, son momentos en que también reflexionamos sobre un futuro proyecto político que gobierne el país por cuatro años; nuestra nación está al frente de retos sin precedentes en temas como educación, salud, pobreza o economía.
Por ello, depositamos una esperanza profunda en que el año 2022 sea mejor para nuestro querido país; tenemos que trabajar por superar las divisiones y las diferencias que nos alejan. Debemos trabajar pensando que es la persona humana lo más importante que tiene nuestra nación. En este sentido, cualquier plan de gobierno o proyecto personal o de alguna entidad pública o privada, sólo puede tener sustento si se pone a la persona como la más alta prioridad.
Al iniciar un nuevo año, pongamos nuestro esfuerzo y compromiso en buscar el bien para todos; sabemos que muchas personas en Costa Rica están viviendo en condiciones deplorables; así no puede haber paz ni podemos obtener progreso real. La única forma de salir adelante es si salimos adelante todos juntos, si todos nos reconocemos realmente como verdaderos hermanos habitantes de este país. Que este año que empieza esté lleno de abundantes frutos espirituales y materiales para bien de todos.
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