Una vida basada en principios, nos da la tranquilidad para vivir bien
La actual pandemia vino a cambiar muchas cosas, tal como lo hicieron otras pandemias en el pasado, a muchos nos abrió los ojos y nos hizo valorar lo que implica vivir. Decía un autor que cada persona tiene un centro de vida distinto, hay quienes lo tienen basado en el dinero, otros en la popularidad, otros en la pareja, pero realmente, lo mejor es tener y vivir con un centro de vida fundamentado en principios.
Los principios, no pueden ni deben ser comprometidos por un plato de lentejas, ni por un plato de lomito. Los principios son la base de nuestra existencia, son la síntesis de lo que significa ser nosotros. Los principios son la constitución política de la vida personal de cada uno de nosotros. Cuando los tenemos como centro de vida, sabemos quiénes somos y, sabiendo quiénes somos, no nos dejaremos impresionar fácilmente por el dinero mal habido, no habrá necesidad de envidiar al prójimo y lograremos mantener a nuestro ego amarrado con cuatro cadenas de barco, para usar una expresión muy comúnmente empleada por un querido amigo.
Los principios nos dan a nosotros la confianza de poder ser auténticos y comunicarnos de manera auténtica con los demás, sin querer impresionar, fingir lo que no somos, alardear con lo que tenemos o, peor aún, con lo que no tenemos pero que fingimos ante los demás tener, así como poder transitar por la vida tranquilos, siendo nosotros mismos.
Las carretas, cuanto más vacías están, más suenan, solían decir nuestros abuelos, pero una persona que tiene claros sus principios es como una carreta llena, no suena, pero tiene peso.
A veces las personas, por no entender que el secreto para realizar este viaje que llamamos vida, recurren a llenar sus vacíos existenciales con bienes y servicios que ni siquiera necesitan, o quizá viven vidas que realmente no disfrutan, porque, dejémonos de cosas, es muy cansado fingir.
Cuando se tienen claros los principios, uno sabe con cuáles personas rodearse porque estas personas piensan parecido a uno, parecido, no igual, porque si todos pensamos igual, entonces en realidad nadie está pensando.
Ahora que se avecina esta campaña electoral, debemos tener muy claros nuestros principios y votar por alguien que refleje eso en lo que nosotros creemos. No nos dejemos llevar por el populismo, las palabras rimbombantes y la retórica que habla mucho pero no dice nada; veamos la esencia de las personas y comuniquémonos desde nuestra esencia.
Cuando se tienen principios, no hace falta humillar, mucho menos insultar a los demás para uno sentirse bien. Cuando se tienen principios, uno no necesita la aprobación de otros y esto da tranquilidad mental. Cuando se tienen principios, uno influye positivamente sobre los demás y esto es lo que fa cambiando poco a poco a las sociedades, pero para bien.
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