El reto de Costa Rica es hoy ahora
El inicio de un nuevo año, hace a muchos replantear los objetivos personales y nacionales, y darles un novedoso impulso, y una hoja de ruta más concreta. Para así lograr mejores trabajos, mejores puestos y mejores oportunidades, en especial para los jóvenes sin empleo, Costa Rica debe concretar su batalla, frontal contra la burocracia, que hace todo lo posible, para que las empresas no se puedan acelerar en su proceso de generar riqueza.
El gobierno, las municipalidades y la empresa privada, deben concretar un plan urgente, de manera tal que se puedan constituir empresas en nuestro país, de manera ágil, rápida, tal como lo hacen naciones pequeñas y exitosas. Tenemos que ponernos de acuerdo en este aspecto fundamental, para destruir la cabeza de agua de la burocracia. Cada buen trabajo bien remunerado es oxigeno para miles de familias.
Paralelamente las universidades, nuestras universidades, y los bancos, deben incentivar a un sociedad de emprendedores, y no de empleados. Apoyar la mediana y pequeña empresa, motivar al emprendedor; saber que hoy en día, el éxito esta mediatizado por el tiempo. Si no se hacen las cosas de manera rápida, perderemos el mercado y las oportunidades. El reto de Costa Rica es hoy ahora. No hay otra oportunidad.
No podemos tener un país a ritmo del movimiento de la tortuga. La agilidad, la iniciativa, la solidaridad y la economía colaborativas, así lo requieren, y así deben verse los proyectos en la futura Asamblea Legislativa que se iniciará el 1 de mayo del 2022
La fuerza de la inversión que ha venido de las zonas francas, ha cambiado programas de estudio, ha mejorado la investigación y ha proyectado a los costarricenses hacia mejores ingresos.
Pero toda ilusión, toda esperanza tiene que tener su hoja de ruta, que es necesario apoyar. Me refiero a la formación continua de los educadores. Ellos son una fuerza ejemplar y vital de Costa Rica, y hemos de regresar con ellos a los mejores niveles de la educación, en medio de la pandemia, y con un gran esfuerzo nacional.
Cada centro educativo, cada escuela, cada educador y colaborador del centro educativo, son el alma de una nueva Costa Rica y esto solo se construye con constancia, exigencia, puntualidad , esfuerzo y trabajo conjunto.
No puedo dejar de mencionar aquí el ejemplo y trabajo de los educadores pensionados con cuyo consejo y asesoría ,es de vital importancia para lograr levantar el hundimiento de la educación.
En resumen, hay que acabar con la burocracia que impide la formación de empresas y dar un gran acelerador a la Educación, para que cada educador pueda tener una capacitación permanente.
Tengamos esperanza.
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