Costa Rica en un momento crucial de la historia
Un nuevo año abre sus puertas para continuar con la escritura de la historia personal y la de Costa Rica, porque Costa Rica somos todos, inicia otra contienda cívica-patriótica, donde el costarricense tiene la oportunidad de elegir continuar en lo mismo, con los mismos o ejercer un cambio rotundo de la actual situación.
Lamentablemente la Costa Rica de otrora dista mucho de lo que es hoy, con profunda preocupación se ve, cómo los valores no sólo se han transformado en lo relativo, sino más bien se han venido siendo sustituidos por otros decadentes. El lugar de privilegio que ocupaba Dios, el derecho a la vida y la importancia de la familia algunos pocos pero con poder político, los han desmerecido.
Pero sólo desmerecer, incluso han llegado a substituir por la ideología de género, el aborto y una serie más de antivalores, opuestos a la verdadera idiosincrasia del costarricense. Esa perversa acción ha sido promovida desde el sistema educativo, todo esto propiciado por las últimas administraciones de gobiernos, al jusgar los hecjos encargadas de hundir a Costa Rica.
Sí, hundir a Costa Rica en la corrupción, en una crisis económica que, hace desaparecer la clase media, aumentar la pobreza, desbordado endeudamiento del Estado, la inseguridad ciudadana, amplia la brecha social y el crecimiento de un aparato burocrático, ineficiente, voraz y en gran parte corrupto.
El Estado de Derecho, la democracia, la justicia social, la libertad y la estabilidad de la clase media que, con trabajo sangre y sudor, nos legaron ilustres próceres, está siendo masacrado, por ideologías extranjeras opuestas a la verdadera democracia y esencia del noble costarricense.
Ideologías extremistas progres que, trabajan para beneficiar a una pequeña élite, que concentra el poder y la riqueza de toda una Nación, en perjuicio de la inmensa mayoría de la sociedad, situaciones `seudo dictatoriales, deshumanizadas, carentes de solidaridad y justicia social.
Extremadamente delicada la situación en que se encuentra el sistema educativo en Costa Rica; una educación desactualizada del contexto y exigencias modernas, ineficiente y manipuladora, un sistema que perdió el norte para desembocar en una pésima educación, con lo que condenan a nuestra sociedad más pobreza, desigualdad, caos social y delincuencia ligada al narcotráfico.
Continuar la lista garrafal de retrocesos que colocan a Costa Rica en un punto casi de no retorno, es como transitar en el sistema vial nacional, caótico por demás decirlo. Sin embargo, no todo está perdido, usted estimado costarricense tiene el poder de hacer el cambio crucial que necesita la historia futura de nuestro país.
El próximo 6 de febrero, con el sagrado derecho al sufragio, mediante un análisis crítico, sereno he informado, es trascendental no dejarse engañar por lobos vestidos de ovejas y votar todos por las propuestas orientadas a corregir el nefasto rumbo que lleva Costa Rica.
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