Seamos ciudadanos que ejercemos el poder que la constitución política nos da
Los costarricenses tenemos además del derecho de elegir a nuestros gobernantes, el deber de ser participativos en cuanto al ejercicio del poder político y esto sin necesidad de obtener un nombramiento en el gobierno. La Constitución Política indica: “Artículo noveno: El Gobierno de la República es popular, representativo, participativo, alternativo y responsable. Lo ejercen el pueblo y tres Poderes distintos e independientes entre sí. El Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial.” Como se puede desprender del citado artículo, quienes ejercen el gobierno, en primer lugar es el pueblo, es decir, cada uno de nosotros y después los diferentes poderes.
Ese poder lo podemos ejercer de manera práctica, pronunciándonos sobre las diferentes situaciones que vive el país. Hacerles llegar a los diputados, ministros, magistrados nuestras inquietudes por medio de correos electrónicos; incluso hasta dejarles saber nuestro rechazo por aquellas decisiones que tomen en perjuicio de las grandes mayorías y además para que tomen nota de que están siendo observados por la ciudadanía y que cualquier gestión que hagan será valorada para referirnos muy críticamente a ella.
Un claro ejemplo de la acción directa de la ciudadanía en el ejercicio del control político, está en que todos los electores les soliciten directamente a sus diputados, por medio de correos a sus direcciones electrónicas en la Asamblea Legislativa, que renuncien a los abusivos y vulgares privilegios de la gasolina, el teléfono y alimentación pagados por la Asamblea Legislativa.
Los señores diputados deben asumir todos estos gastos con su propio ingreso. Hasta ahora, solamente la señora Pilar Cisneros Gallo ha manifestado claramente su intención de no servirse de su diputación y públicamente rechazó recibir esos inaceptables privilegios. Y, ¿Los otros 56 diputados? Necesitamos saber cuál es su posición en torno a estos vergonzoso e inaceptables privilegios. Y ahí es donde debemos actuar exigiéndoles que se pronuncien para saber a qué atenernos.
No guardemos más silencio cómplice, aprovechemos ese derecho constitucional y ejerzamos el obligado y necesario control político del Ejecutivo y los otros poderes de la República.
Informémonos y estemos atentos a lo que hagan las personas que nosotros mismos elegimos, para que ocupen sus altos cargos en el Poder Legislativo y Ejecutivo. Señalemos, denunciemos y ataquemos en forma decidida toda esa corrupción que está detrás de las abusivas e inaceptables concesiones, que obtienen los que coyunturalmente ocupan los altos cargos en los tres poderes del Estado.
Dios quiera que todos los ciudadanos entendamos lo importante que es nuestra vigilante participación en el control político del actuar de quienes elegimos para que nos representen y gobiernen y con vehemencia alcemos nuestra voz.
Dejemos de lado el desinterés, la indiferencia y el silencio, actitudes que son cómplice del incorrecto actuar de quienes ocupan los altos cargos en los tres poderes de la República. Hagámoslo por el bien de Costa Rica.
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