Ya en gobierno

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Ya en gobierno
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Costa Rica se encuentra polarizada, los costarricenses son muy escépticos, desconfiados, la población entera tiene opinión sobre cada uno de los problemas nacionales económicos e institucionales. De allí deriva que Costa Rica sea un país difícil de gobernar.

Ante el clima político crítico, el gobernante debe cultivar y asentar la confianza en él. La confianza de los costarricenses en las autoridades debe cimentar la unidad nacional. Si existe un solo elemento que el gobernante no debe arriesgar, ni menos perder, es la confianza de los gobernados.

La confianza se gana con mucha dificultad y se pierde de manera súbita.

La confianza deriva de las buenas decisiones y de las mejores políticas desarrolladas por quienes nos dirigen. Esta circunstancia hace que los gobernantes tengan que extremar la prudencia hacia quienes gobiernan.

Gobernar no es pelear. Gobernar no es discutir. Gobernar no es trenzarse a diario en luchas y batallas que no concluirán más que en el desgaste de quienes gobiernan.

No se abren múltiples frentes de batalla al mismo tiempo. Dispersar fuerzas, argumentos, y desaprovechar el tiempo en discusiones no trascendentes pareciera que no es prudente.

La prudencia y la reflexión, pero por encima de todo la preparación y planeación de las iniciativas es la clave para acertar en todo emprendimiento público y privado.

 La improvisación y sus consecuencias luego de haber emprendido una acción, merman la confianza en el gobernante, en sus destrezas y abren flancos de crítica que los opositores y adversarios usarán con facilidad para sus fines. Cambios y errores reducen la confianza y la seguridad que se tenía en quienes nos gobiernan. Hacer las cosas pensadas y dentro del estado de derecho y los procesos establecidos abrevia el plazo para alcanzar las metas de manera significativa. Piedra angular de toda administración es seguir una estrategia integral de comunicación. El gobierno es el gran comunicador, pero debe de saber hacerlo.

Educar es gobernar y gobernar es educar. Se educa con la palabra, con las decisiones, con el ejemplo. No se mal educa desde el poder. No se desgobierna desde la administración.

Gobernar es un arte al tener que conjugarse oportunidad, conocimiento, y objetivos de corto, mediano y largo plazo. Gobernar no es vencer, es persuadir y convencer, es al final ceder acá para ganar allá y lograr que todos estemos tranquilos porque se está haciendo lo mejor dentro de las circunstancias. Gobernar nunca es imponer. Una estrategia integral para comunicar al gobierno con sus gobernados es esencial.

Que los ejemplos de las lecciones heredadas de los grandes gobernantes del país señalen su camino y le sirvan como guía en su gestión al actual gobierno. Un buen gobierno favorecerá a todos los costarricenses.

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