Biblioteca Humana
Se imagina una biblioteca que, en lugar de prestar libros, ¿preste personas?
Pues eso existe en 80 países del mundo y es toda una experiencia de aprendizaje, más allá de lo que pueden concentrar una serie de hojas con texto en ellas.
La biblioteca humana consiste en una serie de personas voluntarias que forman parte de ciertas poblaciones que generan interés y curiosidad para quienes asisten a este lugar.
Por ejemplo, una monja, una persona transgénero, un artista callejero o un ingeniero en sistemas perfectamente pueden formar parte de esta iniciativa. La idea es que “el cliente” pida prestada a esta persona por espacio de treinta minutos y que en ese tiempo aclare todas sus dudas acerca de lo que ellas representan.
Según sus promotores La biblioteca humana ha servido para romper estereotipos, romper con mitos y humanizar a ciertas poblaciones, muchas veces atacadas simplemente por ser como son.
La idea que se puso a prueba por primera vez en un festival de música en Dinamarca, logró reunir a 50 voluntarios que se estuvieron disponibles para ser consultados. Entre ellos se logró contar con un policía, un músico, un vendedor y hasta una persona con problemas de alcoholismo en proceso de recuperación.
De hecho, con la experiencia del policía, muchas personas consultadas, indicaron ahora entendían mejor el rol de los oficiales en la sociedad y lo duro que a veces es su trabajo. Algo muy positivo desde nuestro punto de vista.
La iniciativa danesa rápidamente se viralizó entre los países escandinavos, de ahí brincó a Europa y en la actualidad, como explicamos al inicio hay unas 80 iniciativas, tal vez de menor escala, pero muy empunchadas, en el mismo número de países.
En costa Rica, creemos que la idea de las bibliotecas humanas no ha llegado, pero parece ser una idea muy interesante, eso sí, sin descuidar la importancia de la lectura.
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