La felicidad es el secreto
Costa Rica fue sede del mundial de fútbol femenino en la categoría sub 20, las nacionales dieron su mejor esfuerzo; no obstante, aún no alcanza, sin embargo, quedan enseñanzas dignas de atesorar, no sólo en el ámbito competitivo, también para la vida.
El equipo de Japón nos cautivó, si bien las chicas no tenían la contextura, por ejemplo, de las europeas o brasileñas, la disciplina, el orden, la alegría desplegada en el terreno de juego las llevaron a disputar la final, no revalidaron el cetro, sin embargo, no por eso dejaron de sonreír y agradecerle a los aficionados.
El entrenador Futoshi Ikeda, reveló el secreto del éxito de sus pupilas: ¡La felicidad! “Realmente juegan con sonrisas en el rostro, por esto tienen tanto éxito, se dirigen a la portería con felicidad”, según el estratega nipón, sus jugadoras imprimen alta velocidad por su amor al fútbol, por su amor de correr hacia el gol.
Hermosa filosofía digna de ser trasladada a la cotidianidad, todo sería muy distinto si al emprender lo hiciéramos con alegría, sin pensar en la derrota, muchas veces de antemano vamos hacia el trabajo, el amor, la vida, con los brazos caídos, cabizbajos, derrotados, lógicamente, no habrá otro resultado más que el desencanto.
La gente alegre, positiva, desinhibida tiene atractivo particular, con esa actitud ya dieron el paso adelante hacia el éxito.
Como muy bien lo señala la periodista Xiomara Cubero Marín, en su libro relacionado con el desarrollo del fútbol femenino en Costa Rica, nuestro país fue pionero en este campo, algo no siempre reconocido, justamente exaltado por la comunicadora, hubo un poco de mezquindad en la dirigencia de nuestro fútbol, al no darle el espacio a la divulgación debida, las mujeres costarricenses, como en tantas otras efemérides han marchado a la vanguardia.
El fútbol femenino ha crecido exponencialmente en el país, el horizonte se adivina promisorio, deportistas como Shirley Cruz, ganadora en Europa de la liga de campeonas, le abrieron camino a una legión de jugadoras nacionales; el semillero, especialmente en sitios alejados de la geografía nacional, donde hay poco espacio al esparcimiento, permite ver a las jovencitas desinhibidas, corriendo detrás del balón, apropiándose de los campos, hasta hace poco patrimonio casi exclusivo de los varones.
La felicidad debe ser el ingrediente principal en cualquier quehacer humano, Velibor Bora Milutinovic, entrenador de origen serbio, quien nos llevó a lugares insospechados en la primera aventura mundialista en Italia 90 a lo artesanal del balompié de entonces, le imprimió una alta dosis de alegría.
Los ticos en general somos un pueblo feliz, despreocupado, ¡pura vida! A lo mejor una dosis de disciplina nos catapulte a lugares insospechados de desarrollo.
Los comentarios están cerrados.