La pobreza la mayor vergüenza y reto de la humanidad
Cada 17 de octubre se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, con el reto de alcanzar el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible, que es nada menos que «poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo.
Una de cada diez personas de las regiones en desarrollo viven con menos de 1,90 dólares al día, cantidad esta establecida internacionalmente como el umbral de la pobreza. Muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.
Mucha de esa pobreza ha sido creada por el mismo sistema. La pretensión de no pocos de los que han aspirado al poder es lograr el apoyo de los pobres y esto los ha llevado a darles dádivas y a beneficiarlos con “bonos” de una cosa y de otra, causando más daño que mejoría en el campo de la pobreza.
La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos globales con que se enfrenta actualmente el mundo, en particular en África y en los países subdesarrollados.
La pobreza no es solo una cuestión económica. Se trata de un fenómeno que comprende la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad, como el acceso al agua potable, a la electricidad, saneamiento, alimentos y a la educación.
La pobreza es en sí misma una vergüenza y un gran problema de la Humanidad, es causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos. Por ello, reducir la pobreza y erradicarla es una obligación de todas las sociedades, especialmente de las sociedades desarrolladas económicamente.
Las fuentes de trabajo, la educación para poder prepararse para el futuro son dos de los elementos que han sido descuidados por los gobiernos de turno y esto ha acarreado situaciones de conformismo y clientelismo político, a la espera de esos “bonos” y desde luego, el manejo integral, visionario y humano de la pobreza.
Erradicar la pobreza no es sencillo, pero tampoco es imposible ya que muchos países lo han logrado. Se requiere de voluntad política y olvidarse de ese clientelismo electoral, que es apetecido por politiqueros populistas para poder obtener el beneficio del voto pobre a través del otorgamiento de dádivas miserables.
Dios quiera que a través de la toma de decisiones claras y precisas se pueda ir dando la posibilidad de que más personas puedan ir saliendo de esa situación de pobreza en la que desgraciadamente viven.
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