La momia
Para los amantes del cine, no les será difícil reconocer como parte de los monstruos clásicos a la perturbadora momia.
Este personaje guarda diferencias con sus otros compañeros, como el hombre lobo o los vampiros, que las momias son el resultado de un proceso muy especializado, que lo relacionamos sobre todo con el antiguo Egipto.
Pero, ¿cómo llegó la momia a formar parte de la selección de monstruos clásicos?
Todo tiene que ver con el descubrimiento hace 99 años, de la tumba del faraón Tutankamón, quien gobernó Egipto entre los años 1341 y 1323 antes de Cristo.
Según reportes periodísticos de inicios de la década de 1920, varias personas vinculadas a la expedición murieron de forma prematura, entre ellos su financiador Lord Carnarvon, quien falleció por culpa de una picadura de mosquito. Esto alimentó los rumores sobre una posible maldición que cayó encima de quienes tuvieron contacto con la tumba de este joven faraón.
En el momento del hallazgo de la tumba de rey Tut, el frenesí mediático por la excavación hizo que una particular idea de lo egipcio se apoderara de la imaginación popular De hecho, muchas salas de cine estadounidenses de los años 20 también se adornaban con extravagantes decoraciones que imitaban la opulencia del Antiguo Egipto. Y para capitalizar esa egiptomanía Universal Estudios produjo «La momia» en 1932.
Al comprobar que la creación hollywoodense surtió efecto, los estudios se lanzaron a producir otras películas donde la momia era la protagonista, alimentando una idea totalmente errada de la cosmovisión egipcia, nosotros intuimos que más de un faraón se hubiera revolcado en su tumba, si hubiera visto alguna de esas producciones.
Lo cierto es que lo que los estudios hicieron con la momia no ha sido nuevo, sino más bien, algo muy común, partir de un hecho real y desfigurarlo con el fin de captar la atención del público.
Fuente BBC Mundo.
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