Paz en la Tierra

Un versículo bíblico Lucas 2, 14 reza así: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él!”. En algunas traducciones la parte final del versículo se puede entender como paz a los hombres de buena voluntad.

Para los creyentes, Navidad es la celebración del misterio del Hijo de Dios que se encarna para nuestra salvación y que se ofrece a todas las personas. Pero, en este tiempo, los no creyentes también celebran una época especial, la cual es común para todos: vivir con espíritu de solidaridad, época de dar regalos, el ambiente social se vuelve más alegre, en términos generales.

Lo importante es que este tiempo de Navidad no lo vivamos sin permitir que algo cambie en cada uno de nosotros y que nos permita también cambiar algo en nuestro entorno social, familiar, laboral…

Navidad se vive con cierta pausa en medio de la cotidianidad y de las carreras lógicas en que nos sumergimos todo el año, para trabajar por nuestras metas en los distintos ámbitos en los cuales nos desenvolvemos.

Navidad se ha traducido como una época de paz en la Tierra… aún cuando sabemos que se viven muchos conflictos de muy distinta naturaleza en numerosas naciones del mundo. Debemos aspirar a una verdadera paz, a una época de fraternidad en que nos reconocemos todos humanos, pero donde debemos reconocernos todos hermanos.

Hay muchas personas que no pasan una Feliz Navidad y, es ahí, donde debemos abocarnos todos a buscar traducir en hechos concretos los buenos deseos que surgen con esta época. Sé de muchas iniciativas de instituciones, de personas, empresas… que procuran una mejor Navidad para tantas personas que lo requieren. Dejemos que este espíritu navideño irrumpa durante todo el año.

Como obispo de la Iglesia Católica mi deseo es que todos quienes escuchen este mensaje, puedan tener una muy Feliz Navidad. Agradezco a la Cámara Nacional de Radio por este espacio, para que podamos transmitir un mensaje de aliento, un mensaje de esperanza, siempre necesario para caminar y seguir adelante en medio de cualquier situación de vida en que nos encontremos.

Que reine la buena voluntad y la paz, la solidaridad, las buenas prácticas, los mejores deseos para todos. Dejemos que esta Navidad que llega, tras casi tres años de pandemia, nos permita entender que todos somos necesarios en esta vida, que nadie sobra, que todos merecemos una mejor vida y que todos podemos contribuir a que muchas personas puedan aspirar a tener condiciones más dignas de vida.

¡Mi saludo fraterno para todos! ¡Que haya verdadera paz en la Tierra y en los corazones de todos!