Hemos nacido para amar y servir
Cuando amamos y servimos a los demás nace la paz del alma, esa paz que a todos encanta, sobre todo a quienes están a nuestro lado: esposa, hijos, abuelos, amigos… Esta paz se alcanza día a día y se logra principalmente con la palabra amable, sin regaños ni imposiciones. El buen carácter debe imperar en el hogar. Así todos sus miembros se sienten unidos y respetados.
Pero hablemos de nuestro mundo. Por ejemplo, un arquitecto paisajista decía que un árbol de tamaño mediano produce alrededor de 400 galones de oxígeno por año. Todo esto nos habla de cuidar un mundo irrepetible y único, que salió de las manos del Creador. Cuidarlo y defenderlo es una obligación de todos sus habitantes.
Si los polos y glaciares se derriten, como por desgracia está sucediendo, islas y pueblos se verán inundados. Además, las corrientes submarinas y las aguas del mar matarán peces y corales a causa de la contaminación de las aguas de los ríos vertidas al mar, y dejarán sin trabajo a un sinnúmero de pescadores que verán empobrecidas sus familias.
Por tanto, busquemos la forma de cómo evitar tantos males. Cuidemos nuestros mares, el planeta está en peligro.
Volvamos al principio. Si bien debemos amar y servir a todas las personas que viven a nuestro lado; esto mismo lo debemos hacer el ambiente, la casa donde todos vivimos.
No busquemos excusas para no hacerlo. Cuanto más amemos y sirvamos, en igual medida mejoran los ambientes familiares y públicos. Tomemos conciencia de esta tarea en común pues debe ser propia de toda persona, hombre o mujer.
Digámoslo, una vez más,: amar y servir, para esto hemos nacido. Luchemos por que la gente se sienta rodeada de personas deseosas de ayudarlos y valorarlos. Al mismo tiempo luchemos también por conservar nuestro invaluable patrimonio de libertad y democracia. No permitamos que ideologías extrañas vengan a contaminar este patrimonio. Nuestro régimen democrático y el con Estado Social de Derecho existente, nadie se opone a esta plataforma socio-jurídica en vigor, abierta y al servicio de todos los habitantes del país.
Si Costa Rica ya goza de este cúmulo de principios y valores, debemos conservarlos para siempre, máxime que el Barómetro Político Latinoamericano menciona a la nuestra democracia como una de las mejores del mundo. Asimismo, ya había sido declarada la mejor democracia latinoamericana y del Caribe.
Si bien no es legalmente obligatorio votar, no es patriótico ni promover y/o engrosar el abstencionismo, aunque se insista en que no es una obligación salir a votar. Tampoco es obligatorio creer en el más allá, pero es mejor creer, como es prudente pensar que no nos hicimos solos. La vida comienza aquí y continúa en el más allá. Por lo mismo, amemos y sirvamos para no llegar con las manos vacías.
Recordemos haber nacido para amar y servir!!!
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