La tercera esposa de Ricardo Jiménez

  El miércoles de esta semana comentamos sobre la trayectoria de don Ricardo Jiménez Oreamuno, quien gobernó los destinos de nuestro país en tres oportunidades: de 1910 a 1914; de 1924 a 1928; y de 1932 a 1936.

Además, don Ricardo fue diputado, presidente del Congreso; y presidente de la corte Suprema de Justicia, por lo que ha sido el único costarricense que ha ocupado la presidencia de los tres poderes de la República en algún momento de su vida.

  Hay que agregar que bajo el liderazgo de don Ricardo se reconstruyó la ciudad de Cartago, luego del terremoto de 1910; se dio un gran impulsó a la construcción de edificios públicos, carreteras y puentes; y creó el Banco Nacional de Seguros, que hoy es el Instituto Nacional de Seguros.

También podemos citar como otros logros de don Ricardo Jiménez el haber finalizado la electrificación del ferrocarril al Pacífico, el impulso a la construcción del muelle de Puntarenas y la creación del Ministerio de Salud.

  Pero hay un detalle personal sobre este gran hombre que un oyente de nombre Ricardo Rodríguez nos solicitó explicar un poco más en detalle.

Se trata de la tercera esposa de don Ricardo, quien tenía como nombre Beatriz Zamora López, y que según datan los documentos históricos, se dedicaba a la prostitución.

  Así como usted lo escucha, no es un invento de nosotros, doña Beatriz, que dicen que era una mujer muy hermosa, por cierto, explotaba sus encantos, en algo que ha sido denominado de forma popular como “el oficio más antiguo del mundo”, algo que, si ahora es mal visto, imagínese por aquellos inicios del siglo 20

Con el apoyo de su esposo, doña Beatriz, que era apodada La Cucaracha, aprendió los idiomas francés e inglés; y además dominaba muy bien los temas de realidad nacional.

  Aun así, esta señora, tuvo que soportar la crítica de la sociedad por su pasado, algo que también afectó la imagen de su esposo.

Sin embargo, esto no los hizo desistir y estuvieron juntos hasta la muerte de doña Beatriz en 1933 a causa de un cáncer de estómago.

  Suena como a historia de novela…

Y hasta cierto punto lo es. Se dice que las últimas palabras de doña Beatriz a don Ricardo Jiménez estuvieron llenas de amor y fueron estas:

  “por última vez quiero repetirte que en mi vida solo tuve un amor verdadero, y ese mi amor grande y profundo como el cielo y el mar, has sido vos Ricardo»

¿Quienes somos nosotros para juzgar?