Todo empieza en la familia
La formación para la vida de un ser humano empieza en la familia, entendiendo esta como un grupo de personas que dan acompañamiento por un tiempo determinado.
Cambia porque no es lo mismo una familia cuando se es niño de kínder, adolescente, joven adulto, adulto, nido vacío, desvalimiento vejez y muerte. Es decir es un ciclo vital de adaptación permanente.
Salvador Minuchi, destacado terapeuta y teórico de familia indica que la familia no es una entidad estática, si no que está un continúo movimiento donde el niño se va acomodando a las pautas de comunición y transacciones a lo largo del tiempo.
En especial los niños deben sentir que sus cuidadores adultos les dan un sentido de pertenencia y seguridad vital de ser cuidados y protegidos en sus necesidades básicas.
También dice que los sistemas familiares tienen sub sistemas como el conyugal, pareja, el parental o padres, y el filial que es el de hermanos. Estos tienen límites ente sí de autoridad, reglas, y funciones. Si se irrespetan empezarán a presentar serios problemas de convivencia.
La función de los límites no significa necesariamente regañar, castigar o hablar de disciplina como populamente se comoce. Existen para proteger la diferencia de lo que le corresponde hacer a cada miembro de la familia según la edad y responsabilidad.
Los límites deben definirse con suficiente precisión como para permitir a los miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas, pero también permitir el sano contacto entre todos.
Una vez que las familias con niños desde muy temprana edad aprenden a definir los límites de funcionamiento, aunado a los valores y derechos humanos se puede decir que los están preparando para transmitir adecuadamente su conducta en la dinámica social para llegar a estudiar en la escuela y luego a trabajar en su vida adulta.
Con esto claro podemos afirmar que todo empieza en la familia, en aras de sociedad sana y funcional.
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