El desarrollo a los 12 años de un niño
G. Stanley Hall fue el primer psicólogo en formular una terapia de la adolescencia, declaró que los cambios físicos más importantes de esta etapa, causan cambos psicológicos importantes.
Los adolescentes se esfuerzan por adaptarse, lo que implica un periódo de tormenta y estrés, pasando por mucho dolor, y angustia emocional.
Sigmund Freud por su lado, en sus estudios del desarrollo infantil, indicó que en esta etapa del adolescente hay un conflicto resultante de los cambios biológicos propios de la adolescencia. El mismo prepara el camino para la etapa genital de la sexualidad del adulto maduro.
Considera que los cambios psicológicos de la pubertad despiertan con más fuerza la libido, es decir la energía básica que alimenta el deseo sexual. Pero a diferencia de perídos anteriores los impulsos ahora son dirigidos a canales socialmente aprobados.
Y que también los adolecentes antes de alcanzar la madurez sexual, tienen que liberarse de la dependencia de sus padres, la cual persiste por sentimientos sexuales no resueltos hacia el padre del sexo opuesto, según lo señalan algunos psicólogos. Es decir que los jóvenes reeplazan el anhelo sexual con hostilidad hacia sus padres.
Concluyen al igual que Hall, que la adolescencia es como un periódo de tormenta y estrés inevitable.
Erick Erikson otro gran desarrollista ve el peligro de esta etapa como una gran confusión de identidad o confusión de papel, que puede tomar un tiempo excesivamente largo para resolverse y alcanzar su vida adulta. No resuelve la crisis de identidad hasta iniciar los veinte años. Antes hay mucha intolerancia y confusión.
Por todo eso, poner en manos de un adolescente decisiones de vida, y permitirles un cambio de sexo incluyendo nuevo nombre, podría ser muy peligroso a nivel psicológico, social y familiar. Esto requiere ayuda psicológica para la familia, y para los jóvenes que expresan necesidades así.
Respetando la edad del ser humano, acorde a su capacidad infantil y madurez emocional, hay que guiarlos, cuidarlos y esperar a su mayoría de edad, para tomar decisiones que podrían resultar simplemente irreversibles.
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