El patriotismo en los tiempos del populismo

Las campañas políticas actuales han cambiado, ya no se asemejan a maquinarias electorales de la Revolución Industrial, sino más bien a las campañas publicitarias de algunas bebidas gaseosas y que sabemos que no son tan saludables por los componentes que algunas de estas tienen, pero aun así las consumimos;  igual que sucede con esas bebidas, los votantes optamos por llevar al poder a populistas, no tanto porque queramos, sino porque somos manipulados, aun a sabiendas de que no son buenos para nosotros y para el país.

Por ello, el patriotismo en tiempos del populismo debe imperar la sensatez y para ello es necesario que el electorado adopte el pensamiento crítico, conociendo cómo es que nos manipulan en la actualidad.

Decía Bertrand Russell, un matemático y filósofo británico, que uno de los principales problemas de la antigua Atenas fue el individualismo excesivo, el cual llevó a que, por estar pensando solo en ellos, por lo que individualmente no fueron fuertes para luchar en equipo contra las invasiones extranjeras de pueblos menos intelectuales y sofisticados, pero con mayor unión entre sus habitantes.

El otro extremo no menos peligroso es el comunismo y el socialismo vigente en la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, donde no existía la propiedad privada y la ineficacia e ineficiencia llevaron al fracaso de su modelo económico y social, por no permitir un grado de libertad e independencia entre los individuos.

No importa si el populismo es de izquierda o de derecha, porque al final de cuentas promueve lo mismo: el individualismo o el colectivismo, que no son sino dos caras de la misma moneda. La biología ha demostrado que es necesaria la cooperación entre los individuos de una especie para sobrevivir, esto es lo que se conoce como interdependencia.

Al igual que ocurre actualmente con las manipulaciones de los consumidores, igualmente, los electores son manipulados por la politiquería que promueve el individualismo, nacionalismo o el colectivismo excesivos mediante lo que se conoce como neuro política.

Hoy muchos son zombies de las redes sociales, esclavos de las cámaras de sus teléfonos, quienes tienen que subir fotos a cada instante y nada de esto es casualidad. Es porque hay toda una industria detrás analizando los cerebros de los consumidores y usuarios de redes sociales, para saber cómo manipularlos y que pasen pegados a las pantallas de sus dispositivos móviles.

Esos mismos principios se aplican ahora en la neuro política, por lo que, como bien dijo un experto en el tema, es importante que las personas conozcan cómo funcionan estos mecanismos, para que no se dejen manipular y piensen de manera crítica.

Es hora de pensar, no con el hígado, sino con el cerebro, sabiendo que mucha de la ira y el enojo que sentimos es generado a propósito para que terminemos llevando a los populistas al poder. Pensar críticamente y conscientes de que somos manipulados a cada instante por la neuro política es la manera moderna para que el patriotismo prive sobre el populismo