Calmar el estrés

Tener una vida sana a nivel físico y mental, es lo ideal. Sin embargo, el ritmo del trabajo y las múltiples actividades en la actualidad conllevan un alto grado de estrés creando depresión y malestar general.

Al respecto el doctor Jon Kabat-Zinn, fundador de la clínica para disminuir el estrés de la escuela de Massachusetts en Worcester, señala que perdemos el control cuando las cosas no salen como queremos.

Perdemos el control con facilidad y a estos pequeños momentos los llamó secuestros emocionales, porque nos ponemos ansiosos y tal parece que el mundo entero está en nuestra contra.

Recomienda en sus análisis mantenerse en el momento presente y analizar las emociones tratando de tener consciencia de la transformación física. Por ejemplo expresión ceñuda de cólera o miedo y contenerlas, limitarse a sentirlas y pensar si vale la pena reaccionar de mal modo consigo y con los demás.

Preferible es reaccionar con serenidad y preguntarse cosas como ¿Me siento cómodo con esta reacción? ¿Me ayuda a resolver el problema? ¿tiene que ser de este modo siempre?

La madurez para enfrentar los conflictos implica buscar soluciones en lugar de enfurecer, insultar o deprimirse.

Otros especialistas en el tema recomiendan un baño antes de acostarse, ya que el agua tiene un efecto calmante.

Respirar por la nariz, pues estimula el sistema nervioso, y descansa los pulmones.

Saber decir no ayuda mucho. Si conscientemente se rechazan cosas que no puede cumplir, evitar llenarse de actividades o situaciones tóxicas permite fluir con ritmo sano y productivo en la vida cotidiana.

El humor cura. Se trata de tener una forma simpática de escapar de la adversidad. Si las cosas se ponen muy malas, se acude a esta actitud para poner en perspectiva las cosas y solucionar mejor.

El estrés no debe controlar a las personas. Las personas deben aprenden a gestionar el estrés para así tener una mejor vida.