Día Internacional de la Mujer
Cada 08 de marzo, hacemos una breve pausa, para recordar las luchas de las mujeres que a través de los siglos lograron mejores condiciones de vida para la mitad de la población; pero sobre todo, para reforzar el compromiso de continuarlas.
Hoy, nuestro esfuerzo se nutre de muchas voces, unas de ellas, las de las mujeres políticas que en las recién pasadas elecciones municipales, alcanzaron el histórico número de 22 alcaldesas electas y un 49% de paridad en las regidurías.
A estas voces se suman las de las mujeres con discapacidad y de quienes cuidan a esta población, mayoritariamente mujeres también; las voces de las mujeres rurales, de las islas, migrantes, emprendedoras, trabajadoras domésticas e indígenas; y las voces de todas las mujeres que requieran conocer sobre sus derechos, participar de los procesos de formación y acceder a los servicios que la institucionalidad brinda, para ello se habilitó la línea 1125 (once veinticinco) de lunes a viernes de 8 de la mañana 4 de la tarde para atenderlas y que sus voces tengan resonancia en nuestra razón de existir.
El INAMU después de 25 años de impulsar el avance de los derechos de las mujeres, se enfrenta a nuevos retos, necesita estar más presente en los territorios y adecuar su modelo a una gestión que responda a las exigencias de los tiempos actuales; sin perder su sentido técnico, necesita abrir sus programas a más mujeres, por eso estamos implementando un rediseño institucional que nos permita optimizar los servicios y programas institucionales para mejorar sus vidas y legitimar las políticas públicas más allá de lo que dice el papel.
Hoy los aliados son fundamentales para erradicar las desigualdades y la violencia contra las mujeres; la apuesta por la incorporación de la empresa privada, sociedad civil y otras voces, incluidas la de hombres que creen en la igualdad, no solo son necesarias, sino urgentes; se requiere renovar un pacto ético-social con múltiples actores donde se puedan tomar acciones positivas para que el país avance y las mujeres puedan vivir una vida más digna.
La Ruta de Género busca precisamente acelerar el avance de los derechos de las mujeres, acercarnos a ese cambio cultural necesario basado en la convivencia pacífica y respeto de los derechos humanos de cada uno de los miembros que componen esta sociedad; enfocada en el combate a la violencia y la autonomía económica como pilares, la Ruta busca articular con todas las instituciones del sector público e incluir al privado, para que ejecuten programas a favor de las mujeres, con mayor y mejor acceso a recursos y financiamiento; ampliando la oferta formativa, habilitando espacios seguros y promoviendo una empleabilidad de calidad.
El trabajo es constante y permanente, nuestro feminismo debe ser más que un discurso, debemos seguir transformando las palabras en acciones congruentes para que todos nuestros recursos se dirijan en apoyar a todas las mujeres en sus espacios y realidades. Definitivamente es necesario financiar los derechos de las mujeres para acelerar la igualdad.
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