¡La energía cooperativa que encendió el bien común!
¡La energía cooperativa que encendió el bien común!
Las cooperativas surgieron en el mundo como una propuesta para el desarrollo justo y respetuoso de las sociedades. Desde su origen, han sido precursoras de valores que aspiran a relaciones humanas de igualdad y equidad, en las que todos compartir una vida digna, atendiendo las necesidades principales y así promover el bien común.
Cuando las personas formamos cooperativas, lo hacemos basados en promover principios muy nobles que resaltan la grandeza de contar unos con otros, de hacer esfuerzos conjuntos, llenos de empatía y solidaridad para progresar. Un claro ejemplo de esta filosofía y modo de vida es la electrificación de territorios rurales de Costa Rica en manos del sector cooperativo que, de otra manera, podrían haber quedado en la oscuridad del desarrollo. El café costarricense más aclamado en el mundo es un claro ejemplo de cómo la luz cooperativista es siempre fuente de bienestar común.
El surgimiento de las cooperativas de electrificación marcó un hito histórico que cambió para siempre la realidad de un importante sector de costarricenses: desde quienes pueblan la Pampa guanacasteca, nuestra querida zona norte, las comunidades del cantón de Zarcero, hasta los habitantes de la cuna del mejor café de mundo, la zona de Los Santos, cuyos habitantes vieron cómo se iluminaban sus vidas con la luz del progreso y bienestar que la electricidad hace 55 años.
Justamente hoy, jueves 25 de abril, se conmemoran esos 55 años de que, gracias a la gestión del cooperativismo, por primera vez, se encendieron los bombillos incandescentes en decenas de humildes hogares de Dota, Tarrazú y León Cortés, comunidades enmontañadas que, con el tiempo, fueron testigos de cómo las redes eléctricas fueron iluminando el camino del desarrollo en otros cantones como Aserrí, Desamparados, Cartago, Acosta y Mora, y muchos otros pueblitos electrificados gracias a una cooperativa.
La electricidad que proveen las cooperativas de electrificación es el motor que impulsa diariamente el progreso y bienestar de miles de personas de estas comunidades rurales de nuestro país. Desde la más humilde vivienda que se alumbra con electricidad, hasta la fábrica, hoteles, lecherías y los más diversos servicios de nuestra economía, así como la revolución en la comunicación y el entretenimiento.
Hoy, estas cooperativas no solo proporcionan electricidad, sino que promueven la sostenibilidad e innovación en el sector energético y de telecomunicaciones, aprovechando los avances tecnológicos hacia un futuro energético más limpio y renovable para las generaciones venideras, pero, sobre todo, ocupando un lugar preponderante en lo cotidiano, ya sea de día o de noche, en verano o invierno.
Gracias a los asociados de estas cooperativas de electrificación por sus aportes y compromiso, por generar actividades comerciales prósperas y por demostrar que el desarrollo económico y la conservación del ambiente pueden ir de la mano.
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