La necesidad de la radio y la televisión
El siglo anterior y en el que vivimos, han tenido la buena fortuna de facilitar la comunicación entre todos los seres humanos, particularmente mediante los medios radiofónicos y televisivos.
Estar enterado del acontecer nacional e internacional, divertirse viendo partidos de fútbol, santificarse, cuando no se puede asistir al templo, siguiendo la eucaristía por televisión; alegrarse la vida escuchando la radio y la televisión sea con música, sea con series atractivas…todo ese mundo se ha convertido en algo imprescindible.
Por lo tanto, se debe facilitar que todos esos medios funcionen sin hacerles muy difícil su actividad, ya que todo el pueblo, en muchos sentidos, los necesita.
Cuando se quiere legislar poniéndoles condiciones onerosas, muy pesadas, en cierto modo se les dificulta su actividad y hay peligro de que algunos de estos medios no puedan continuar en ese servicio a la ciudadanía.
Esos medios no deben sentirse amenazados, sino confiados en que los gobernantes sabrán siempre respetarlos y ayudarlos, y el pueblo disfrutarlos. Y todo ello en la mayor libertad posible.
Uno de los mayores y más valiosos bienes de que goza Costa Rica, junto a la paz y la democracia, es la libertad. Por ello se llegó a decir: dondequiera que haya un costarricense, hay libertad. Libertad tanto para la ciudadanía, como para las entidades que la sirven: que se mantenga el ordenamiento jurídico, que se ayude a los desheredados de fortuna, que se mejore todo lo relativo a la educación, que se abran fuentes de trabajo… y que la radio y la televisión gocen de libertad, no se vean constreñidas a soportar difíciles condiciones a ese respecto; y que todos los poderes del Gobierno las respeten y no les impongan dificultades en su valioso accionar.
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