Administrar la familia con sabiduría

Uno de los más grande males de la sociedad actual es el deterioro que sufre la familia.  Esto ha traído como consecuencia una gran explosión de violencia a nivel social, civil, causando la desintegración familiar en los roles que cada miembro ocupa.

Como toda institución, la familia precisa; para su óptima salud; contar con una cabeza de familia que la dirija.

Desde tiempos inmemorables, esta condición se le ha asignado al padre de familia.  Actualmente, surge la situación que, en muchos hogares, se regentan por la madre de familia. Para uno u otro caso, iremos presentando las aptitudes que debe tener quien ejerza la condición de jefatura familiar.

Ser cabeza de familia no es ejercer con un dominio dictatorial, sino tener la capacidad.  de analizar los acontecimientos, establecer acuerdos, para tomar en justicia las decisiones para el bienestar familiar.

Ser cabeza de familia implica darle, el justo valor a las opiniones de sus miembros; ya que las ideas, para su mayor bienestar, pueden surgir hasta de un niño pequeño.  Esta actitud no debe tomarse como que se está socavando su autoridad sino administrándola.

Ser cabeza de familia motiva a incentivar a los miembros a dar lo mejor de sí mismos con la confianza; y sin temor; para el mayor bienestar familiar.

Ser cabeza de familia; además de ser su mayor proveedor; se identifica como el administrador de los dones de sus miembros.  Esto lo invita a no decidir con actitudes que carezcan de justa razón; postura que puede llevar a la rebeldía en los miembros de la familia y debe evitar; ante todo; tomar decisiones caprichosas.

Cabeza de familia… llamado a su protección y que en ésta se viva con tranquilidad y buenas relaciones; procurando un ambiente sano, fresco y que dé oportunidades del derecho de opinar, aportar ideas, que generen la sana alegría de disfrutar de la familia. Cabeza de familia, con estas actitudes que atraen hacia si, amor y respeto.

El poder que se le asigna al cabeza de familia llama más a ser un servicio, para su plena realización y se desvirtúa con una actitud dominante, para marcar su posición.

Cabeza de familia… más que un poder sin fundamento, que se entienda como incuestionable, sin dejar espacio a una sana comunicación, carece de su base más sólida que la asiente en su posición y que es la sabiduría.  

Gobierno de una familia sin sabiduría lleva al caos y es lo que dolorosamente se está viviendo.