Esta es la hora de Costa Rica
Cada semana me encuentro con maestros, educadores, profesores universitarios, con personas que tiene una visión a largo plazo; todos quieren construir una nueva Costa Rica. Y esta nueva ruta hacia esa nueva patria debe tener una mirada positiva, que elimine las lacras que afectan nuestro país, como son la falta de comunicación, de entendimiento, la violencia, el narcotráfico y la corrupción.
A quienes piensan en armas y cuchillos, como opciones para resolver las diferencias, les pedimos paz, pues entre todos debemos tenemos construir un nuevo clima de paz en todo el país. La violencia solo genera la multiplicación del odio.
El primer principio que hemos de cuidar, es el respeto hacia nuestros semejantes. Darnos el necesario y fraternal abrazo, para que construir un nuevo sendero de paz, que nace en cada hogar, en los centros educativos y toda la sociedad.
Una nueva Costa Rica, tiene que ser exigentemente respetuosa y solidaria. Hoy, con los afectados por los distintos efectos de la naturaleza, como inundaciones y terremotos pero también con los menos favorecidos económicamente. Nuestra solidaridad debe llegar a quienes están sin trabajo y en todo momento debemos apoyar el esfuerzo por una mejor educación para todos.
La bomba social puede estallar Costa Rica, no porque no se trabaje, sino porque hemos dejado de lado la formación en principios y virtudes en las familias, en las aulas y en otros sectores de la sociedad; lamentablemente, en mucho ha cambiado el alma costarricense de un pueblo pacífico a uno donde la violencia es cosa de todos los días.
El recambio que necesitamos, urge de una mayor participación de los vecinos del distrito, de las asociaciones de desarrollo comunal, de las cooperativas, asociaciones solidaristas, sindicatos, cámaras patronales; todos insertando en su diario quehacer valores y virtudes. Solo así recuperaremos a Costa Rica.
Ha llegado para todos la hora de trabajar por Costa Rica, hay que cambiar el modelo de irresponsabilidad y violencia por el del trabajo serio por construir un país basado en el trabajo, respeto, la solidaridad y la paz social.
La batalla por una cultura de entendimiento nace en cada esfuerzo ciudadano, en cada cantón por llevar serenidad a toda Costa Rica. Esta es una ayuda urgente de cada uno de nosotros para llevar el respeto y paz a la vida en Costa Rica.
Una nueva cultura de la vida centrada en el respeto a los otros, a su pensamiento. La no violencia debe ser el nuevo objetivo nacional, no hay asunto más urgente y necesario para Costa Rica, que sentar las bases de una conveniencia pacífica. Las luchas deben ser contra la pobreza, la desigualdad, la injusticia, la ignorancia y el irrespeto; a la dignidad y vida humana, nunca entre los costarricenses.
Sí con el aporte y ayuda de todos, abriremos las amplias puertas de la esperanza nacional, esa que todos queremos pero para esto nos toca arroyarnos las mangas para recuperar entre todos el respeto y la paz en Costa Rica.
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