La alimentación complementaria es un proceso crucial para el desarrollo adecuado de los niños
La alimentación complementaria es un proceso crucial para el desarrollo adecuado de los niños y debe iniciarse a partir de los seis meses, respetando que en los primeros meses de vida la lactancia materna exclusiva es la mejor fuente de nutrientes. Introducir alimentos sólidos o líquidos antes de este
período puede afectar la salud del bebé y su desarrollo.
A partir de los seis meses, los requerimientos nutricionales del bebé aumentan, por lo que es necesario incorporar alimentos complementarios en cantidades pequeñas y de manera progresiva como como cereales, frutas, verduras y proteínas Esos alimentos deben ser variados para asegurar un adecuado aporte de vitaminas y minerales, especialmente hierro, que es fundamental en esta etapa de crecimiento.
Respetar las etapas y los tiempos recomendados tiene varios beneficios. Primero, garantiza que el bebé reciba los nutrientes adecuados para su desarrollo físico y cognitivo. Al proporcionar una alimentación balanceada, se contribuye a prevenir problemas nutricionales como la anemia o deficiencias vitamínicas. Además, la introducción progresiva de alimentos permite que el sistema digestivo del bebé se adapte de forma natural, reduciendo el riesgo de alergias alimentarias o intolerancias.
Otro beneficio importante es la formación de hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana. Los niños que son expuestos de manera adecuada a diferentes tipos de alimentos tienden a desarrollar preferencias alimentarias más equilibradas, lo que favorece una dieta saludable en la infancia y la adultez. Escuchemos a la doctora Maricruz Ramírez Di Leoni, de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Es fundamental que los padres respeten los tiempos y las recomendaciones de los profesionales de salud en cuanto a la alimentación complementaria, asegurando así un desarrollo óptimo y una base sólida para la salud de sus hijos.
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