La Erradicación de la violencia contra las mujeres requiere un nuevo Pacto Social
Somos parte de una generación valiente, somos parte de importantes transformaciones en muy corto plazo. Somos agentes de cambio y por ello, nuestra más importante misión es influir en el capital cultural, en el comportamiento individual y comunitario de lo que hoy llamamos sociedad. Somos el producto en constante evolución, de luchas ancestrales que han marcado la pauta en un camino difícil, pero necesario.
Es urgente un nuevo pacto social. El machismo, el patriarcado y la violencia, han dejado un terrible saldo de vidas perdidas y marcadas.
El dolor milenario de la desventaja y la dominación puede llegar a su fin, dando paso a una nueva era de equidad, de respeto y conciliación.
El objetivo común debe ser una sociedad equilibrada que tenga la virtud de contar con todos los talentos, donde mujeres y hombres, logremos por fin, un entorno saludable que nos permita desarrollar nuestras destrezas y donde alcanzar igualdad en las oportunidades sea una posibilidad real, sumar nuestros aportes, articular, coordinar y transitar una ruta común; con la mitad de la población ejerciendo la plenitud de sus derechos libres de violencia. No es oportuno replicar conductas violentas ni asegurar que el machismo es cosa solo de hombres. El patriarcado es una enfermedad social que hemos alimentado todos, en mayor o menor medida.
Llegó el tiempo de alianzas, de unir fuerzas, de reconciliar y asumir compromisos colectivos, pues es la única ruta segura para avanzar. El enemigo común es la violencia machista que agrede, abusa y mata mujeres.
En el Instituto Nacional de las Mujeres, nos estamos transformando; hoy más que nunca urge implementar un nuevo modelo de gestión que incluya el fortalecimiento regional, la eficiencia en los servicios y la suma de nuevas voces; para poder cumplir con el espíritu que lo vio nacer, defender los derechos humanos de las mujeres y cerrar las brechas de desigualdad.
Esta transformación es la oportuna respuesta a los nuevos retos sociales que enfrentamos, es tiempo de ser más eficientes. Llegó el tiempo de respetar los nuevos liderazgos, imponer modelos desfasados también es violencia, no respetar el momento de los nuevos estilos de liderazgo, también es violencia.
Somos parte de una nueva generación de mujeres en puestos de decisión que están liderando la tan necesaria transformación incorporando visiones frescas e innovadoras en los abordajes al combate a la violencia; es por eso que hacemos un llamado a quienes estamos del lado correcto, para unir esfuerzos en la construcción de esta nueva era para que las mujeres en nuestro país puedan tener una vida libre de violencias.
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