Decadencia social de Costa Rica

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Decadencia social de Costa Rica
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Al iniciar el año 2025, debe ser prioridad de gobernantes, medios de comunicación, sistemas educativos y la ciudadanía en general, reflexionar sobre el rumbo decadente de nuestra sociedad, donde se denota la erosión vertiginosa de los valores espirituales, éticos y morales, que otrora eran pilares de la sociedad.

El declive social es el deterioro de las condiciones sociales y económicas, que experimenta la clase trabajadora, debido a factores como el desempleo prolongado, falta de educación, oportunidades reales y la inseguridad de la protección social que reduce el estado de bienestar de las personas, en especial de los menos favorecidos de la sociedad.

El grave apagón de la educación en todos los niveles por la pandemia, aún no logra nivelar las deficiencias educativas y cognitivas de la población estudiantil. Esto es muy  preocupante, ya que la economía nacional depende de contar con capital humano especializado, adicional el problema de algunos educadores que están sólo por el salario.

El costarricense por naturaleza ha sido creyente en Dios y los valores morales; la moral provoca que los individuos se sujeten a principios, normas y valores establecidos socialmente, también regula actos y relaciones que tienen consecuencias para otros, además cumple la función de asegurar determinado orden.

La fe en Dios ayuda a sanar espiritual, como físicamente por medio de la expiación, en los momentos de prueba, la fe da fuerza para seguir adelante y sacar las dificultades con valor, algunos estudiosos señalan que asistir a los oficios religiosos impactan positivamente el estado emocional de las personas, reduciendo alrededor de un 33% el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Algunos medios de comunicación con frecuencia y con una doble moral, con asombro denuncian la situación de inseguridad y deterioro moral que sufre la sociedad, sin embargo, trasmiten canciones que desmerecen la creencia en Dios, la asistencia a los oficios religiosos y simultáneamente promueven narcocorridos y narconovelas.

Los narcocorridos impactan la cultura, ofrecen una expectativa distinta de un fenómeno social polémico como es el narcotráfico, algunos narran en sus letras lo fácil que es quitarle la vida a un ser humano. 

El narcotráfico constituye en la vida cotidiana una indeseable expansión del empleo, y una fugaz mejora económica. Representa cierto nivel de vida para un número considerable de grupos y sectores vulnerables seducidos por el dinero fácil; la narcocultura ha influenciado la forma de percibir la delincuencia organizada, la mentalidad delincuencial incrementa el deseo por pertenecer a un cartel, generar dinero fácil, ganar respeto y admiración.

Costa Rica demanda un accionar multilateral que detenga el peligroso deterioro del tejido social. El Estado debe garantizar una educación de vanguardia, oportunidades reales de trabajo, rescatar la Caja Costarricense de Seguro Social e implementar un ataque frontal a la corrupción.

Los medios de comunicación deben tener claro que, las imágenes y voces equivocadas, desarrollan una visión distorsionada, mal ejemplo y desinformación, de lo que debe ser una sociedad equilibrada y funcional. Los ciudadanos debemos de actuar con ética, honestidad y solidaridad.

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