Valores y principios costarricenses
Para la convivencia de los costarricenses el respeto mutuo es trascendental. El valor de la institucionalidad y las virtudes del orden legal, el funcionamiento del estado en Costa Rica, la virtuosa vigencia de la Constitución Política de 1949, de las leyes del país, de la separación de poderes y de la importancia de la sujeción de las personas que gobiernan a este entramado legal son dignos de reiterarlos y repetir a ellos nuestra adhesión ciudadana.
Todos claramente sabemos que durante 76 años no hemos vivido dictadura alguna, que las elecciones se han repetido cada cuatro años con transparencia, que el imperio de la ley prevalece y que, a pesar de las imperfecciones humanas, quien recurre en busca de justicia la obtiene. No hay persecución política ni presos de conciencia en nuestras cárceles. No hay costarricenses con corona. Pero el diagnóstico político actual es acertado: hay un estado de profunda insatisfacción con el pasado.
Una parte importante de nuestra sociedad está cansada del funcionamiento de nuestro sistema, de los partidos que nos han gobernado, de las figuras que encabezaron los gobiernos anteriores, de la corrupción que existe en nuestro estado, del estatismo prevalesciente en nuestro país, de las dificultades para hacer y para emprender gracias a un proceso de reglamentación y trámites extenuantes. Las gentes están cansadas de la lentitud de la justicia. Los costarricenses cada vez más se inclinan por más autoritarismo y menos por más democracia.
Muchas personas no oyen ni atienden razones, sino que reaccionan a imágenes, estereotipos, sentimientos y muy especialmente al odio, a la inconformidad, a las ganas de destruir y deseos de acabar con el sistema que nos ha antecedido.
Valores como respeto, consideración, legalidad, principios democráticos como enmienda de yerros y falencias, función de la oposición y de la Sala Constitucional y subordinación a la Constitución no cuentan cuando valen para limitar al partido o al funcionario de mis preferencias. Solamente mis gentes y mis aspiraciones valen y cuentan. El respeto por el derecho ajeno ya no es la paz en Costa Rica.
La preocupación actual es que los ingredientes están siendo cocinados para producir una revolución, para generar una convulsión social. El que busca encuentra. El que promueve el odio termina por sembrarlo y sufrir los frutos de su cosecha. El que desacredita las instituciones y el funcionamiento de los poderes perecerá en el caos de la ausencia de una estructura legal ordenadora. El que busca la venganza abona el terreno para que las venganzas lluevan sobre él.
Gobernar requiere dialogar, entender los argumentos ajenos, ceder en algo pensando en el bien común. Gobernar es saber bien objetivos y destino, explicándolos para alcanzar su aceptación.
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