Respeto y amabilidad
En este mundo donde pareciera que para algunos odiar se convirtió en una prioridad,por eso es de agradecer a quienes aún con esta realidad deciden ser radicalmente diferentes. Valientes son aquellas personas que cultivan el respeto a sí mismos y hacia los demás, conservan la calma en momentos de adversidad, con resilencia y en especial procuran sanas convivencias.
Para llegar a tan nobles metas es necesario practicarlas desde la familia. Enseñar a los miembros desde niños, que asumimos responsablemente las tensiones surgidas de nuestro proceder. Las dinámicas familiares se deben aplicar en la convivencia diaria con normas claras, que incluyan derechos y deberes para todos, pues éstas ayudan a establecer límites de conducta y el respeto hacia los demás.
La idea es centrarse en conocerse así mismo, ya que existen muchas situaciones en la vida y dentro de las relaciones humanas donde una sólida inteligencia emocional es fundamental, para así encontrar el camino al equilibrio interior y con los demás. Desarrollando esta capacidad de estar bien consigo, el respeto y la amabilidad hacia los demás, la comunicación fluye con más natuaralidad. Además la gente se hace fuerte, sensible y centrada.
Quienes así actúan en el seno familiar, su proceder se vuelve de fácil interpretación, son aceptadas y respetadas por todos los miembros, se fortalecen los canales de comunicación, al escuchar activamente, no caer en juicios de valor, evitar las críticas, ponerse en los zapatos del otro, demostrando interés y respeto por los sentimientos de los demás.
Expresar el respeto y el afecto, dejar de lado el orgullo de lado, romper el hielo, sonreír, mostrar interés ser respetuoso y amable, y hasta ofrecer disculpas son las conductas más recomendables para comunicarse mejor y eficazmentenentre todos.
A nivel psicosocial, también es válido practicar el respeto y la amabilidad. Así como los hijos aprenden por imitación, las sanas conductas, de sus padres por ser la autoridad familiar, un pueblo de igual manera imitará a sus líderes políticos.
Lamentablemente en la actual administración todos los miércoles a través de las conferencias de prensa, recibimos una dosis de comunicación carente de empatía, gestos desagradables, insinuaciones humillantes y degradantes a quienes piensan diferente, coartando así la libertad de expresión. Es así como vamos llegando a una nueva cultura de violencia.
La historia nos habla de Hitler, Musolini, y todos los dictadores del mundo. Sin embargo, también nos habla de otros como Gandhi, Martín Lúther King o la madre Teresa de Calcuta, entre otros, nos dejaron la posibilidad de cambio con respeto, y amabilidad.
Costarricenses, debemos elegir. Estamos a tiempo de recuperar el país. Nunca olvidemos el trabajo y la paz.
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