Mujeres en casa.
Un reciente informe reveló que el 23.6 de las mujeres que envían a los niños a los centros infantiles costeados por el estado permanecen en la casa, no trabajan ni estudian y esto dio pie para que algunas personas se cuestionen las bondades de este tipo de asistencias y hasta las califican como un verdadero despilfarro en tiempos de estrechez fiscal.
Como todo en la vida se puede ver el vaso medio lleno o contemplarlo medio vacío y definitivamente el abordaje del tema desde el punto de vista periodístico, como tantas cosas, se hace desde un ángulo negativo, particularmente porque se deja de lado que en el 76.4 de los casos, la situación es muy distinta.
Si bien es cierto estos programas tienen un enfoque hacia la familia, el punto medular son los menores, quienes muchas veces no llevan más bocado que el sustento cotidiano provisto en sitios financiados con el aporte solidario de todos.
Hay otros asuntos que subyacen y resultan perversos, el caso de las madres, quienes en virtud del cuido de sus pequeños obtienen un empleo y entonces, en esas contradicciones tan propias no advertidas por el legislador, con los nuevos ingresos superan la línea de pobreza y ¡oh paradoja! ya no califican y deben dejar el empleo o le serán devueltos los menores.
En nuestro país hay decenas de miles de hogares en donde el sustento es prácticamente invisible y programas como la Red de Cuido son la vacuna idónea contra el abandono social, los niños, además de alimentos reciben atención integral, en la mayoría de los casos y a la vuelta de los años los retira de la delincuencia, esa a la que son lanzados en tantas naciones vecinas y culminan en maras, pandillas y toda suerte de delincuencia.
Enhorabuena que en Costa Rica hayamos tomados rutas distintas como los programas de Asignaciones Familiares a cargo del Instituto Mixto de Ayuda Social, las pensiones del régimen no contributivo para los adultos mayores que no cotizaron para los distintos regímenes, pero no por eso deben ser socialmente castigados, como en todo, siempre habrá filtraciones de aprovechados, pero por una minoría fácilmente identificada, no podemos flagelar al resto que lo necesita.
En la pasada contienda electoral que ciertamente dejó muchos de estos temas de lado, al menos fueron tocados tangencialmente y pareciera existir consenso en a la necesidad de profundizarlos y ajustarlos, esa es la ruta correcta en una nación que tiene en la solidaridad uno de sus bastiones fundamentales.
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