La Corte Interamericana de Derechos Humanos
Los derechos humanos son aquellos que son naturales de todas las personas, por ejemplo, tener derecho a la vida, a la libertad y a la justicia. En nuestro país, esto no parecía n complicado hace unos años, debido al ambiente de paz social que se respiraba.
Sin embargo, poco a poco la sociedad se fue haciendo más compleja, en parte debido a influencias ajenas a nuestra cultura e identidad. Dejamos de vernos como iguales y nuestras diferencias por forma de pensar, gustos y preferencias empezaron a aflorar, haciendo de nuestra sociedad un mosaico con piezas que no terminan de encajar.
Empezaron a surgir los reclamos, el Estado debía incorporar nuevos derechos para poblaciones muy específicas, más allá de los que ya se había aceptado. Ahora prácticamente todos reclaman derechos particulares a los que el Estado y por ende la institucionalidad y el resto de la sociedad deben ajustarse.
Esto ha provocado una fractura entre la población costarricense al punto de que, en medio de una crisis fiscal, hay quienes han querido que se traten temas tan complejos como el aborto y cuando el Presidente de la República ha dicho que este no es momento para discutir esto, los reclamos de unos no se han hecho esperar.
Todo esto parece la dinámica normal de una democracia, en la que unos opinan de una manera y otros de otra, y al final la mayoría gana. Pero en este caso, hay un actor adicional, un actor que no es de Costa Rica: La Corte Interamericana de Derechos Humanos, una organización externa, conformada por 7 jueces, por lo que 4 personas, quienes hacen mayoría, pueden decidir lo que en este momento es tema de controversia en nuestro territorio. ¿Es eso justo?
Para Alfonso Santiago, Profesor Titular de Derecho Constitucional de la Universidad Austral de Argentina y autor de 12 libros en los que estudia a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la respuesta es NO.
INSERCIÓN: es un protagonista que no forma parte del gobierno nacional, sino que los que hemos hecho los Estados dijimos, muchas veces quien viola los derechos humanos es el propio gobierno, entonces cuando vemos que el propio gobierno nos viola los derechos y el Poder Judicial no le da reparación a eso hemos creado una instancia de apelación internacional, una vez agotados los medios internos, para que esa Corte Interamericana pueda dar respuesta los órganos nacionales. Que no está para todos los temas, porque hay muchos temas que son muy opinables y eso es bueno que sea definido por los órganos nacionales, no por un órgano internacional, por ejemplo, a qué edad se deben jubilar las personas, ese tipo de decisiones no es bueno que lleven a un nivel interamericano es bueno que eso se resuelva en cada de uno de los países.
Mañana continuaremos presentándole la conversación con Alfonso Santiago, en la que cuestiona el papel de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la discusión de temas nacionales.
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