Algunos pretenden con ardid y componendas, prometernos el presente, robándonos el futuro.
No podemos ser irresponsables, descuidados y poco serios, la huelga a la que le han llamado huelga nacional, no es más que una huelga ideológica, construida por quienes quieren que reine el caos, la incertidumbre y la debacle del país.
Los movimientos sindicales que promueven el caos, conocen la difícil situación económica que atraviesa el país, saben que cada día que pasa sin solución incrementa la vulnerabilidad, saben que el país está estancado, que nuestra economía cae y que el déficit fiscal se acerca a números alarmantes; y aun así promueven y gestionan la debacle nacional, esto lo hacen porque saben que, en medio de la incertidumbre y la desesperanza, saldrán y promoverán líderes mesiánicos, estructuras populistas dispuestos a robarnos el futuro, por medio de
componendas que hoy prometen con ardid un mejor presente, hipotecando nuestro futuro.
Los costarricenses tenemos la capacidad de superar esta difícil situación, la reactivación económica, la contención del gasto, la lucha contra excesos, opulencias y pensiones de lujo son indispensables, sin embargo, la estabilidad
económica no se alcanzará solo con estos componentes, razón por la cual el plan de fortalecimiento de las finanzas públicas “plan fiscal” es inminentemente necesario. Hoy más que nunca el país requiere costarricenses con criterio, con entendimiento y dispuestos de forma visionaria a edificar nuestro futuro.
La crisis que afrontó el país en los años 80, debe representar hoy más que nunca el camino por el cual no debemos transitar, las causas y los resultados están evidenciados y disponibles y no son ajenos a la población, los daños a una
generación que el país no pudo siquiera parcialmente remediar, hoy 30 años después se reflejan en los índices de pobreza establecidos para hogares pobres en un 20 % y pobreza extrema en un 5.7%; así mismo el desempleo con cifras alarmantes del 10.3% según datos del INEC para los años 2017 y 2018 respectivamente, estas consecuencias que nos afligen a diario son el resultado de malas decisiones del pasado, decisiones como las que hoy el poder ejecutivo y los 57 diputados estamos tomando, a propósito de lo indicado toma fuerza la histórica
frase “El pueblo que no conoce su pasado, está destinado a cometer los mismos errores.” Como diputado de la republica tengo la obligación de alejarme de poses políticas y de realidades simpáticas o atractivas y establecer con orden de prioridad en la toma de decisiones a la responsabilidad, el civismo, el patriotismo y el temor
a Dios. La implementación de nuevos impuestos es sin duda una decisión molesta, impopular y odiosa, sin embargo, es parte de la solución, por lo que no se debería perder más el tiempo y proceder de inmediato con las ya conocidas soluciones, reactivación de la economía, contención al gasto público, impuestos y la productividad del estado.
Así mismo, sin menoscabar el derecho fundamental garantizado por la Constitución Política y los instrumentos internacionales ratificados por Costa Rica y siendo conocedor de las limitaciones que el derecho a Huelga intrínsecamente tiene, ruego a los “huelguistas” que, en relación con los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, den conducción oportuna a sus actos; Los bloqueos en vías públicas que limiten el libre tránsito, que impidan al 85% de la población asistir a sus trabajos, escuelas, colegios y citas médicas, la atención médica y las
exportaciones e importaciones del país, no pueden ser ni hoy ni nunca mecanismos de presión, pues atentan contra nuestro estado de derecho y le generan al país grandes pérdidas materiales y económicas, lujo que en relación con el estado de nuestra economía no podemos darnos.
Concluyo citando al científico más conocido y popular del siglo XX Albert Einstein, “Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.” Los costarricenses tenemos la capacidad y la oportunidad de superar esta y cualquier otra crisis, espero que tengamos también la voluntad para hacerlo; Que Dios bendiga Costa Rica.
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