El decreto que oficializa la RSE, un gran salto al desarrollo
Se conocen intentos de ejecutar planes de Responsabilidad Social Empresarial RSE desde hace casi 50 años, sin embargo, los objetivos y estrategias que los impulsaban eran meramente filantrópicos o simplemente acciones orientadas a eliminar o disminuir riesgos de incumplimiento de deberes u obligaciones de las empresas hacia sus públicos de interés, principalmente colaboradores y comunidades.
A través de los años la RSE fue evolucionando en los países industrializados, a pesar de ello, gran cantidad de empresas y público todavía la confunden con la filantropía.
El gran reto a que se enfrenta la RSE, ahora llamada por muchos solamente Responsabilidad Social (RS), en el entendido de que nos atañe a todos y no solo a empresas, es el pragmatismo al que apelan muchos directores de organizaciones o empresas quienes insisten en medir su efectividad según criterios de retorno de inversión a corto plazo.
Para aquellos que hemos implementado planes concretos de responsabilidad social durante varias décadas, la visión de largo plazo muestra claramente los beneficios que generan estrategias empresariales o institucionales de RS, pese a que cada quien la impulsa según su propio criterio.
Es por esta razón que vemos con entusiasmo el Decreto Presidencial emitido el pasado 22 de junio, el cual oficializó la Política Nacional de Responsabilidad Social. En este acto presidido por doña Mercedes Peña, Primera Dama de la Republica, doña Ana Helena Chacón, Segunda Vicepresidente y doña Geanina Dinarte, Ministra de Economía, Industria y Comercio se expuso la relevancia de la RS como mecanismo de progreso y bienestar.
Durante el evento, la señora ministra señaló con propiedad: «La Responsabilidad Social Empresarial se vuelve una herramienta clave para alcanzar los objetivos del Desarrollo Sostenible y cerrar grandes brechas que marcan al país tanto a nivel económico como social».
Estamos ante un salto evolutivo. Hace pocos años la normativa de Responsabilidad Social ISO 26,000 apareció en nuestro entorno luego de casi una década de consulta internacional y negociaciones; su aparición en el ambiente nacional no fue acogida por las empresas con el entusiasmo que se esperaba; sin embargo, el logro de este Decreto reafirma una visión integral y comprehensiva sobre la importancia de la RS para el país.
Como nación nos corresponde superar el escepticismo empresarial alrededor de la responsabilidad social y los cuestionamientos que se ha hecho de ella sobre el beneficio de impulsar planes de RS. La confianza en la herramienta constituiría un impulso al desarrollo nacional sostenible y un incremento de nuestra competitividad.
Paralelamente llegó el momento de trascender la visión simplista de RS como filantropía y construir desde una visión estratégica de país. Este será un camino efectivo para la disminución de la pobreza y el fortalecimiento del desarrollo sostenible en áreas rurales, uno capaz de cerrar brechas y recortar las asimetrías sociales que reproducen un círculo vicioso de la pobreza, negándoles a los jóvenes la posibilidad de superar las condiciones de vida heredadas por la generación de sus padres.
Eduardo Villafranca S.
Presidente, Reinventing Business for All -RBA-
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