¡Con un pelo del bigote!
Así decían nuestros padres y abuelos que se cerraban los tratos en Costa Rica entre personas decentes y honestas, que además se preciaban de serlo y de que así les tuviesen en consideración los demás! … Pero las cosas han cambiado y quieren seguir cambiando!.
Nuestra realidad, no es ya la que vivieron nuestros padres y abuelos. A ellos no les inquietaba – más allá del chisme que hasta hoy perdura – saber si la persona con la que hacían un trato era física o jurídica; si tenían poder legal suficiente para actuar; cómo habían obtenido su patrimonio, o si aquél era sobrado para que respaldara los compromisos que adquirían con ellos.
Después de todo, si alguien les hacía alguna chanchada, podían confiar en la ley … y así lo hicimos todos por mucho tiempo, bajo el alero de un sistema de administración de justicia que ponía las cosas en su lugar. Ellos simplemente, no entumecieron sus vidas y anhelos por hacerse presas fáciles del miedo!.
Seguridad jurídica, educación y trabajo!, por mucho antes que nuestras playas y volcanes; antes de que existiesen parques nacionales y aventuras en nuestros ríos y bosques; fueron los instrumentos con que Costa Rica logró superar muchos de los desafíos que enfrentó, y fue con ellos con los que pudo crecer. Nos la creíamos! estábamos convencidos de que podíamos ser mejores … y lo fuimos! … Pero las cosas han cambiado, y parece que quieren seguir cambiando!.
Es cierto que hoy enfrentamos desafíos distintos, y que el crimen organizado nos impone escenarios en los que debemos ser contundentes, creativos, y diligentes. De alguna forma permitimos que la violencia hiciese cuna en nuestro territorio y nos corresponde ahora combatirla, pero para enfrentarla lo menos que necesitamos es una sociedad temerosa, con miedo de sí misma.
Seguridad Jurídica, Educación y Trabajo son las mismas abandonadas herramientas del pasado que hoy volvemos a requerir para combatir la realidad violenta del presente. Sin embargo, a la Cámara Nacional de Radiodifusión – CANARA – le preocupa profundamente que nuestros diputados aprueben en el Plenario de la Asamblea Legislativa la iniciativa de ley denominada «Extinción de Dominio».
Ese proyecto de ley al que nos oponemos, lejos de promover la necesaria recuperación de la esperanza perdida por parte importante de nuestra sociedad, pondrá en riesgo la que aún queda, y con ella, la buena fe de los costarricenses. Una «buena fe» que ya no se presumirá sino que «deberemos probar»!, a riesgo que de no hacerlo, perderemos en favor del Estado y sus Unidades Policiales, nuestro patrimonio y propiedad privada.
Es claro que CANARA está de acuerdo en que se deben crear instrumentos adecuados para que el Estado pueda combatir el crimen donde más le duele: en el contenido económico que fomenta, da soporte y es fruto del delito. Pero como costarricenses, no estamos dispuesto a tolerar que la ley nos trate indiscriminadamente como criminales a todos, ni a que se sacrifiquen los derechos, las garantías y las libertades que tanto costaron construir en nuestra historia.
Las personas que actuamos de buena fe no somos personas tontas. Somos personas que creemos que esa buena fe es precisamente lo que nos diferencia de quienes actúan movidos exclusivamente para satisfacer sus intereses aún pasando por sobre los de las demás personas. Nuestro compromiso es con Costa Rica, con su gente y con los valores que resguarda nuestra sociedad, y ese compromiso inquebrantable lo sellamos de buena fe, por esta vía … y con el pelo de un bigote!
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